Enamorada de su sonrisa

Capitulo 29: Ella es todo para mi.

Pov Narrador

Mientras la familia Calle y Garzón estaban en el hospital recibiendo la noticia sobre Daniela, dos personas hablaban por celular sobre lo ocurrido.

— ¿Lo hiciste como acordamos? — pregunto la voz aguda.
— Sí. Ahora mismo tiene que estar en el hospital. — contestó una voz grave.
— Perfecto. — se quedó en silencio por unos segundos. — Llama a tus amigos a ver si saben algo.
— Ok, te llamo por cualquier cosa. - dijo la voz grave y corta la llamada.

Pov Poché

Todos habían entrado a ver a Calle, incluyendo a Juana, Johann y los amigos de Calle que llegaron una hora después que les avisé. Yo decidí ser la última en entrar para tener un poco más de tiempo con ella.

Empecé a caminar hasta su habitación. Cuando llegue a la puerta de habitación, inhale antes de abrir la puerta. Abrí la puerta y sentí un hueco en el estómago al ver a Calle así. Está conectada a varias máquinas y tiene una máscara de oxígeno sobre la nariz y la boca. Tiene una banda alrededor de la parte superior de su cabeza. Me acerqué a la camilla y tomé haciendo en la silla que está al lado.

— Hola amor. — le tome la mano con cuidado y le plante un besito en ella. — No sabes cuánto me duele verte así.

Me dediqué a observarla por unos minutos. Tenía pequeñas cortadas en los brazos pero nada grave. Me dolía verla así, necesito ver sus ojitos, su sonrisa, escuchar su hermosa voz. Necesito saber que cuando se despierte se acuerde de mi, si no me reconoce mi mundo caería.

Mi celular empezó a soñar haciendo que desviara mi mirada de Calle. Era Michael.

— ¿Bueno? — conteste la llama volviendo mi mirada en Calle.
— Señorita ya tengo los informe del auto.
— Te veo afuera del hospital en diez minuto. — corte la llamada.

Grande el celular en el bolsillo trasero de mi pantalón. Me acerqué un poco al rostro de Calle y susurre.

— Ahorita vuelo, amor. — deposite un beso delicado en su frente. — Te amo. — le di un último beso y salí de la habitación.

Pase por la sala de espera encontrándome con Mafe y Germán, ya los chicos y mi pasa se fueron diciendo que venían al día siguiente. Le dije a mis suegros que iría afuera a tomar un poco de aire. Camine hacia la salida y me encontré a Michael y a Manuel justo al lado de la puerta.

— ¿Díganme qué pasó con el carro? — pregunte posicionándome enfrente de ellos.
— Al auto le cortaron los frenos. — dijo Michael entendiéndome unas fotos del auto.
— Pero, ¿como? Tú viste algo raro en la universidad? — le pregunté a Michael.
— No, pero me encontré a la señorita hablando con Felipe al frente de su auto. Después él se fue y Calle miró el auto de ella como confundida, yo me acerqué y le pregunté si estaba bien y me dijo que si. — explicó algo enojado. Él también tenía que estar pensando lo mismo que yo.
— Ese maldito si tiene que ver con esto, juro que lo mataré con mis propias manos. — expresé molesta. — Manuel ¿nada raro sobre Angelis? — pregunté.
— No, lo último que me informaron fue que se vio en una cafetería con una chica y llamó a alguien por un teléfono público.
— Entendido. Ya se pueden ir, si hay otra nueva noticia me dejan saber.
— Entendido señorita. Espero que la señorita Daniela se recupere pronto. — dijo Manuel. Su expresión reflejaba tristeza.
— Yo espero lo mismo Manuel. - le di una sonrisa apagada.

Entre al hospital de nuevo y fui a sala de espera donde se encontraba Mafe y Germán.

— Vayan a casa a descansar, yo me quedo con ella. — dije cuando estuve cerca de ellos.
— Tú también deberías de ir a descansar hija. — dijo Germán.
— No quiero estar lejos de ella.
— Gracias por amar tanto a nuestra hija. — dijo Mafe, para luego abrazarme.
— Daniela es todo para mi. — susurre.
— Lo se. — dije Mafe con una sonrisa. — Bueno, nosotros nos vamos. Si sude algo avísanos.
— Claro. — me despedí de ambos con un beso en la mejilla. — Vayan con cuidado.

Los vi salir a ambos de la sala de espera tomados de la mano. Me dirigí a la habitación de Calle, en estos momentos deseaba dormir y levantarme con Daniela entre mis brazos en nuestra cama, siendo todo esto una pesadilla.

En el momento que fui a girar la cerradura de la puerta unas voz dentro de la habitación me hizo fruncir el ceño.

— Pronto serás mía. — dijo una voz grave detrás de la puerta.

Abrí de golpe la puerta de la habitación y me encontré con Felipe, acariciando la mejilla de Calle. Sentí como la furia crecía por todo mi cuerpo.

— ¿Se puede saber que diablo haces aquí? — dije molesta provéelo muy cerca de mi novia. Él se gira para mirarme, pero nunca aleja su mano de la de Calle.
— Vine a verla, ¿no es obvio?
— Claro ¿viniste a ver lo que provocaste? — cuando dije eso me miro con miedo.
— ¿Qu..qué? — tartamudeó nerviosamente.
— Que estoy casi segura que tú fuiste el culpable de que elle esté así.
— ¿Como te atreves a decir eso?
— ¿Porqué quieres que Calle esté contigo?
— Yo sería incapaz de hacerle algo así a Calle. — dijo entre molesto y nervioso.
— Mejor vete, y espero no verte de nuevo.
— Me iré, pero no porque tú lo dices, sino, porque no quiero que la discusión afecte a Calle. — dijo girándose para ver a Calle, iba a depositar un beso en la frente de ella, pero lo impedí.
— No, eso sí que no. — dije tomándolo del brazo y jalando hacia atrás. El soltó un gruñido bajo. Se soltó de mi agarre y salió de la habitación.

Suspire y me senté en la silla que estaba al lado de la camilla de Calle. Y me dediqué toda la noche a observarla hasta que caí dormida.