Enamorada de su sonrisa

Capítulo 41: Paola.

Pov Poché

Me gire para ver si de verdad era ella, y si era ella la primera persona a la que le había entregado mi corazón, ¿para que? Para hacerlo trizas.

Flashback

Salí temprano de la empresa y antes de ir a la casa me dirigí a una florería y compré un ramo de rosas hermoso. Ya con el ramo de rosas en mis manos me dirijo ahora si a mi casa, que lo más seguro ya me tiene que estar esperando mi amor para cenar.

Maneje unas cuantas cuadras más hasta que llegue a casa. Estacione el auto y baje de este con el ramo de rosas en mis manos. Cuando entre a la casa no vi rastros de Paola en la casa así que deje el ramo en la mesa de la sala y me dirigí a nuestra habitación. A medida que me iba acercando a la habitación se empezaba a escuchar algunos sonidos, más bien eran... ¿gemidos? Mi corazón se empezó a acelerar más imaginando lo que estaba pasando ahí.

Abrí la puerta de la habitación y sentí como lágrimas caía por mi mejilla al ver la imagen que estaba al frente mío. Paola estaba teniendo relaciones con mi supuesto mejor amigo, en nuestra cama donde solemos dormir, donde se supone que hacíamos el amor.

— ¡Paola! — grite entre enojada y dolida.

Ambos se asustaron y se separaron para mirarme con miedo.

— Po..ché. — susurró con la voz ronca.

Christian se levanta de la cama y se empieza a vestir a la vez que me miraba con una expresión nerviosa, pero con un poco de diversión en ella.

— Poché no es lo que tú crees. Déjame explicártelo. — dijo Christian mientras terminado de ponerse la camisa.
— ¿Qué me tienes que explicar Christian? ¿Cómo es que te revuelcas con la novia de tu mejor amiga o cómo me veías cara de estupida?

Estaba dolida, me sentía traicionada por los dos. ¿Que hice para que los dos me pagaran así? ¿Me falto darle más amor a Paola que tuvo que ir con otra persona?

— Amor. — se acercó a mi.

Yo retrocedí mirándola con odio.

— ¡No me llames así! — dije molesta. — Quiero que ambos se vayan de mi casa. ¡Ahora! — la última palabra la dije gritando.
— Pero... — empezó a decir Paola, pero la interrumpí.
— ¡Que se vayan!

Ambos salieron de la habitación dejándome sola. Rompí en llanto y empecé a darles golpes a la pared provocando un dolor fuerte en mis manos y que empezara a sangrar.

No podía creen que la que yo pensaba que era el amor de mi vida me hubiera engañado y peor aún que haya sido con mi mejor amigo. Christian era como mi hermano nos conocíamos desde pequeños, y al ver lo que hizo hoy me rompe más el corazón al imaginar que todo este tiempo me vieron la cara de idiota.

Fin del Flashback.

— Paola. — dije sería.
— ¿Cómo has estado? — pregunta nerviosa.
— Mejor que nunca. — tome a Calle de la cintura y le sonreí para luego darle un beso en la mejilla.
— Ya veo. — dijo Paola y miro a Calle de arriba a bajo.
— ¿Quién es ella amor? — pregunta Calle con curiosidad.
— No es nadie bebé. — le contesto a la vez que observo a Paola que tiene una expresión triste por lo que acabo de decir. — Si nos permites ya nos tenemos que ir.
— Ah si claro, nos vemos.

Yo no dije nada más y me gire para tomar a de la mano seguir nuestro camino a la salida.

Nos encontrábamos en el auto camino a casa en silencio, solo se escuchaba la música que sonaba en la radio. Yo iba perdida en mis pensamientos, desde el día que encontré a Paola con Christian no había vuelto a ver a Paola y al volverla ver esta noche removió todo en mí, a la vez que recordaba todos los momentos lindos que tuvimos. Yo llegue a amar a Paola demasiado fue una de las personas que estuvo ahí conmigo cuando mi mamá murió la que hacía que olvidara todo cuando estaba con ella. Le entregue todo de mi para que al final hiciera mi corazón trizas.

Desde ese día me prometí no sentir nada por nadie mas, pero una llega una castaña sonriendo que hizo que todo mi mundo se pusiera de cabeza. Cuando vi la sonrisa de Calle supe que quería estar con ella para siempre, quería ser la causante de su sonrisa cada día. Ella me tenía en su palma de su mano, podía hacer conmigo lo que quisiera.

Pov Calle

Íbamos en el auto de camino a casa en silencio. Poché estaba metida en sus pensamientos, desde que  aquella chica en el bar la saludo se quedó seria y muy pensativa.

Llegamos a la casa. Ella estacionó el auto, se bajo de este y lo rodeo para abrirme la puerta y ayudar me a bajar. Entramos a la casa y fuimos directamente a la habitación. Cuando ella cerró la puerta a sus espalda me giro y me todo de la cintura para luego estamparme contra la puerta.

— Continuemos con lo que empezamos en el antro. — susurró.

Y no perdió más el tiempo y me beso bruscamente pero a la vez con amor. Poché saco mi blusa y jeans dejándome solamente en ropa interior.

En pocos minutos ya ambas estábamos en ropa interior besándonos al frente de la cama. Poché con todas sus fuerzas me alzo y yo enrollé mis piernas en su cintura. Empezó a caminar para la cama donde me deposito con cuidado quedando ella sobre mi. Nos separamos y nos quedamos mirando en silencio por unos segundos.

— Te amo. — susurró con su voz ronca.
— Te amo más. — le sonreí.

Poché volvió atrapar mis labios con un besos más suave. Sus manos recorría mi cuerpo con delicadeza, volviéndome loca.

Esta noche nos volvimos amor como mejor lo sabíamos a hacer.

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