Capítulo 44: Piscina

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Pov Poché

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Eran pasada de las tres de la tarde cuando Calle propuso meternos un rato a la piscina. Yo estaba ya en la adentro de la piscina nadando y disfrutando de la tranquilidad que se sentía estando en el agua, cuando escucho los paso de Calle acercándose a la piscina. En ese momento alce la mirada y me quede paralizada viéndola, eso es lo que ella siempre me provoca con cualquier cosa que tenga puesta. Ella se encontró con mi mirada y me sonríe para después deshacerse de su bata dejándome ver su perfecto cuerpo con un traje de baño color blanco que se le quedaba tan jodidamente perfecto a su figura. Se veía tan sexy. Ella era la mujer más atractiva, sexy, hermosa y tierna del universo. Ella sabía perfectamente lo que estaba haciendo porque me estaba mirando con una sonrisa desafiante a la vez burlona, se tira en la piscina en un chapuzón y cuando sale debajo del agua encuentra mi mirada y muerde el labio inferior disimulando una sonrisa.

Iba acercándome poco a poco a ella mientras la miraba con intensidad sin despegarla de su mirada.

— ¿Tienes... — guarde silencio un segundo a la vez que seguía avanzando. — ...una idea de lo que acaba de hacer?
— Si, me acabo de tirar un chapuzón. — contesto sonriéndome.
— ¡Ay, Danielita! — murmuró. Ella disimula una sonrisa mordiéndose el labio inferior.

Tome la decisión de nadar rápido hacia donde se encontraba ella y la arrinconó. Puse mis manos a ambos lados de ella haciendo que no se escapara.

— ¿Sabes lo jodidamente sexy que estás y lo jodidamente prendida que me tienes?
— Estoy consiente de eso. — se mordió el labio. — ¿Que harás al respecto?
— La pregunta correcta es ¿que no te haré?

Baje mis manos a su cintura y apreté su cuerpo contra el mío. Me acerqué rosando nuestros labios para luego pasar mi lengua por su labio inferior. Finalmente mis labios fueron directamente a los suyos, nuestras lenguas se entrelazaron a medida que el beso se iba profundizando más y más. Con mi mano derecha le quite la parte de arriba del vestido de baño. Detuve él besos y empecé abajar los besos por su cuello encargándome de dejar una marca notoria y que todos sepan que ella es ola mente mía. Las manos de Calle fueron rápidamente a mi espalda desamarrando el nudo de mi traje de baño.

— Quiero que entre en mi ¡Ya! — dije en un jadeo por lo besos que le estaba dando en su cuello.
— Esto será a mi manera.

Atacó sus labios nuevamente mientras mi mano derecha masajea su pezon izquierdo logrando sacarle un gemido ahogado. Calle enredo sus dedos en mi cabello y tiro de el con fuerza mientras profundizaba más el beso, entre abrió más la boca dándome aseso a poner mi lengua en juego con su lengua. Agarre su lengua y la succione ocasionando que otro gemido saliera de la boca de Calle. 

— Tenerte así para mí, solo para mí me encanta. — susurré sobre sus labios mientras iba bajando mis besos por su mentón, su cuello el cual me entretuve un rato hasta llegar al inicio de su pecho. Lleve un pezon a mi boca el cual saboreé, mordí y chupe a mi gusto.

— Por favor, amor. — logro decir Calle en un jadeo.
— ¿Por favor qué? — pregunte aún dándole atención a sus senos.
— Quiero que entres en mí.

Como no la quería hacer más esperar le quite la única tela que le quedaba puesta y lleve mis dedos a su intimidad la cual masajeé a mi gusto. Escuchar los gemidos y los suspiros de Calle me encantaban, me volvían loca y ella lo sabía.

— Mmm... — jadea.
— ¿Te gusta? — pregunte cuando hice más presión. Ella solamente asintió con los ojos Cerrados. — Respóndeme. Quiero escucharte Daniela. — dije entrando en ella sin aviso.
— ¡Oh, Dios! ¡Sí! ¡Aahh!

Emperece a mover mi dedo en un ritmo frenético, entro un segundo dedo y sigo entrando y saliendo en ella en un ritmo lento.

— No sabes lo bien se siente estar así contigo, tenerte a mi poder, amo disposición. — susurre en su oído mientras seguía entrando y saliendo de ella.
— ¡Más rápido! ¡Más! ¡Amor!

Acelere mis movimientos en un ritmo más rápido.

— ¡Sí! Junto así. ¡Ahh! ¡No pares! — dijo entre jadeos mientras sentía como yo más los movimientos. — ¡Dios, Poché! — gritó cuando llegó al orgasmo.

Salí de ella con lentitud y soltó un leve suspiro y rodeó mi cuello con sus brazos, yo rodeó su cintura con mi brazos y la acerca más a mí.

— Fue increíble, amor. — susurró.
— Siempre es increíble cuando lo hacemos. — dije y le di un beso en su cabello.

Pov Calle

Desperté por que sentía varios besos sobre mi espalda.

— Amor déjame dormir, por favor. — dije removiéndome debajo de las sábanas sin hacerle caso.
— No, amor levántate. Acompáñame hoy a la empresa.
— Pero amor... — hice berrinche.
— Dale, amor. — se levanta de la cama. — Tienes 10 minutos para que te prepares. — dice y sale de la habitación.

¡Ush! Me levante de mala gana de la cama y fui directamente al baño. Me cepillo los dientes, tomo una ducha rápida. Salgo de la ducha en en vuelta te una toalla. Me coloco un traje corto con unas tenis. Salgo de la habitación directo a la cocina donde me encontré a Poché comiendo.

— Buenos días. — dije sentándome en la silla al lado de mi amor.
— Buenos días, Daniela.— dice a la vez que pone un plato en frente de mí.
— ¿Y mi beso de buenos días? — pregunta Poché.
— No te lo mereces. Me levantaste a las seis de la mañana. — gire los ojos fastidiada. Odiaba levantarme temprano si no tenía nada importante que hacer.

La estupida de Poché se empieza a reír.

— Te vas a divertir gorda.
— Estoy muy segura que no.

Terminamos de desayunar y salimos de la casa directo al auto. Poché recorre las calles de Bogotá hasta llegar a la empresa.

Antes de entrar a su empresa una voz a nuestras espalda nos detienen. Nos giramos y nos encontramos con la misma chica de ayer, creo que se llama Paola. ¿Qué hace aquí? Poché no le dijo que iba a llamarla si aceptaba su propuesta?

— ¿Qué haces aquí señorita Torres? — le pregunta Poché frunciendo el ceño.
— Quería hablar contigo. — ella contesta, me mira para después mirar a Poché.
— Paola, ayer te dije que llamaré si es que acepto su propuesta para que su empresa se una a la mía. Si vas hablar algo más sobre la propuesta, pues comuníquese con mi secretaria y haga una cita. — me rodea con su brazo mi cintura y nos giramos para empezar a caminar.
— Poché, por favor. — suplica Paola.

¿Ah? ¿Sabe su apodo? Miró a Poché que se ve algo tensa.

— Quiero tener la oportunidad aclararte como sucedieron las cosas. — sigue diciendo Paola.

¿Qué cosas? ¿Quién es ella? ¿Será la chica que le hizo tanto daño? Estaba muy confundida. Poché me soltó y se acercó a ella.

— Déjame explicarte algo Paola. No me importa un carajo lo que me tengas que decir, si en el momento qué pasó no me importa ahora mucho menos. Tú no me tienes que decir nada a mi ¿y sabes porque? Porque tú no eres nadie para mi, lo dejaste de ser cuando te metiste con mi mejor amigo. Aun así que me dolió todo, derrumbaste todo de mí, gracias a eso encontré a la mujer más maravillosa, que se que nunca me traicionaría y se cuanto me ama, y estoy segura que estando contigo no la hubiera conocido y sabido lo que de verdad es sentir. — me miró con tanto amor a la vez que me sonreía. Yo le devolví la sonrisa. — Si no vas hablar algo laboral te puedes retirar.

Se acercó a mi y me dio un beso en los labios.

— Te amo. — susurro dándome una pequeña sonrisa, ella sabía que tenía muchas preguntas que hacerle.

Entramos a su empresa agarradas de la mano con la atenta mirada de los empleados, aún sin saber qué hacía aquí si podía estar ahora mismo en mi cama durmiendo.

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Enamorada de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora