Capitulo 20: ¿Ya no me amas o tienes miedo?

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Pov Narrador

Ya habían pasado un mese desde que le enviaron ese sobre. En ese meses no han dejado de recibir mensajes con amenazas o recordatorio de que tenía que dejarse. Cada vez que un mensaje nuevo llegaba, Poché siempre le recalcaba a Calle, que nada sucedería, que no había que preocuparse. Pero cada día el miedo le invadía todo el cuerpo a Calle, la cual llevaba algunos días rara con Poché, y eso tiene a la ojiverde desesperada al no saber por qué se está comportado así con ella.

Pov Poché

Es viernes por la tarde. Estamos Calle y yo en la sala sentadas en distintos sillones viendo una película, bueno más bien yo viendo una película porque Calle está metida en su celular. Lleva días así, rara conmigo; con suerte puedo darle un beso. Y en algún punto estoy desesperada porque no quiero pensar que es porque ya no me ama, y tiene a otra persona. También están los mensajes que no han dejado de enviar, y cada que eso pasaba Calle se ponía más distante conmigo. Todo esto es tan frustrante.

— Calle, ¿podemos hablar? — pregunté, poniéndole pausa a la película.
— ¿Sobre que? — preguntó, sin despegar la vista del celular.
— De nosotras, de nuestra relación.
— ¿Que pasa? — vuelve a preguntar. Levanta la mirada unos segundos de su celular para mirarme y luego volver la mirada a este.
— Eso quiero saber Calle, ¿qué pasa?
— No te entiendo Poché. — dice, mirándome confundida.
— Hacen días estás rara conmigo y no se porque. ¿Hice algo mal? — pregunté sin despegar mi vista de ella.
— ¿Qué si hiciste algo mal? ¿De que hablas? No haz hecho nada mal. Además de que yo estoy normal. — alzó los hombros sin importancia.
— Daniela, te conozco — suspiro. — Desde que no han empezado a llegar mensajes constantemente hace un meses, ya no eres la misma. No se si lo haces por miedo o ya no me amas. — cuando dije eso ella bajó la mirada. — ¿Es eso? ¿Ya no me amas o tienes miedo? — ella se quedó en silencio. — Respóndeme Daniela, ¿es eso? ¿Es por eso que ya no te siento cerca, no te siento feliz? Con suerte dejas que te de un beso. ¿Dime?
— No se que me pasa, ¿bien?
— ¿Cómo no puedes no saber que te pasa? ¿Quieres terminar conmigo o estás confundida con algo?
— Poché... — guardó silencio.
— Solo quiero entender tu actitud de estos días. Si quieres terminar con esto, dímelo. No te voy a obligar a estar conmigo Calle, si ya no me amas no hay nada que yo pueda hacer, aunque me duela. Solo quiero que hables conmigo de lo que sientes.
— Te amo, Poché. — susurró — Te amo demasiado. Pero tengo miedo con todo esto, tú invades toda esta situación como si no pasara nada no te veo preocupada. — sus ojos se pusieron vidrioso. — Cada día qué pasa y nos separamos, para tú ir al trabajo y yo a la universidad me entra el miedo de que en unas de esas te hagan algo a ti o a mi y tú cómo si nada. Solo me dice que no me preocupe. — empezó a llorar.
— Calle mírame. — no me hizo caso. — Amor, por favor mírame. — me miró con sus ojos vidriosos. — ¿Tú crees que no tengo miedo de que te pase algo a ti? Tengo miedo de que te pase algo, pero no podemos dejar que esa persona se salga con la suya y nos logre separar por una simple amenazas. Nuestra relación es más fuerte que eso. — me pare del sillón que estaba y me senté en el que ella está y la abracé fuerte. — Tú eres una de las personas que más amo en este mundo y no sé qué haría si algo te llegara a pasar.
— Perdón por estar distante contigo en estos días, solo tenía miedo. — me abrazó más fuerte.
— No hay nada que perdonar amor. — dije, despegándome un poco de ella y dándole un besito en la frente. — Mejor sigamos viendo la película, que por cierto, me déjate viéndola sola. — hice un puchero. Calle ríe y me da un besito.

Nos acurrucamos en el sofá para terminar de ver la película.

Pov Calle (+18)

Estoy abrazada a Poché viendo una película y comiendo galletas, en el sofá.

La película terminó. Poché se separó un poco de mí para recargar su cabeza en el espaldar del sofá. Yo hice lo mismo y quedamos frente a frente, nuestras miradas se conectaron. Yo no sé cómo pude dejar que el miedo influenciara en mi y ser indiferente con este ser tan hermoso y tierno. Ambas sonreímos al mismo tiempo.

— ¿Que? — sonrío. — ¿Porque sonríes?
— ¿Mmm? —dice, mirándome embobada.
— Amor ¿porque sonríes así? — rió, tímidamente.
— Porque me haces muy feliz. Estoy enamorada de ti. — me acaricia la mejilla.
— Tú también me haces feliz y más cuando tienes esa sonrisa que me encanta.

Ella rompió con la poca distancia que nos separaba para unir nuestros labios. Comenzó a besarme de una manera lenta pero apasionada, cada segundo que pasaba el beso subía más de tono. Poché se puso a horcajadas sobre mi. Nos separamos por falta de aire y nos miramos a los ojos. Sus ojos están en un verde muy oscuro, sus pupilas dilatadas y su respiración muy acelerada. Nos volvemos a besar, mis manos van desde su espalda hasta su trasero para apretarlo acercándola a mi, escuchando como suelta un gemido sobre mi boca. Empiezo a retirar su blusa junto con su sostén, lanzándolo a algún lugar de la sala. Ella hace lo mismo conmigo. Bajo los besos hasta su cuello, succionando y mordiendo esa area.

Me levante del sofá y Poché enredó sus piernas alrededor de mis caderas, mientras camino hasta la habitación con leves tropiezos sin dejarnos de besar. Llegamos a la habitación y la deposité suavemente en la cama quedando yo arriba de ella y regresó a besarla. Me separo de sus labios y reparto leves besos por su rostro, mientras acaricio su abdomen desnudo. Bajo mis manos de su abdomen hasta sus bragas, ella por su parte se acerca a mi cuello y reparte besos por esa parte. Una vez que nos deshacemos de toda nuestra ropa; comienzo a bajar mis besos a uno de sus senos, mientras que al otro lo masajeaba con mi mano izquierda, sintiendo como se retuerce. Mis deseos empiezan a bajar por su abdomen hasta llegar a su feminidad, comenzando el movimiento en su centro, procedo a entrar un dedo moviéndolo con lentitud dejando que se acostumbre para después introducción un segundo. Comencé a mover mis dedos en su interior mientras que besaba su cuello, su mejilla, hasta llegar a sus labios apoderándome de ellos. Su interior apretó mis dedos, llevo su cabeza hacia atrás haciendo presente sus gemidos pum alcanzando un orgasmo placentero.

Caigo en la cama junto a Poche, la esta con la respiración aún acelerada. La acercó a mi y acarició su rostro con las yemas de mis dedos.

— Te amo. — dije, desde lo más profundo de mi corazón.
— Yo también te amo. — dice, con una sonrisa.

Se posiciona arriba de mi, atrapando mis labios en un beso intenso. Ambas disfrutamos de la noche de un mismo placer con diferentes posiciones sin descanso, diciéndonos cuanto nos amamos y nos deseábamos.

Enamorada de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora