Pov Poché
Estábamos disfrutando la mañana en el Yate de mi familia, junto a Calle. A mi mamá le encantaba pasar día familiar fuera de la casa, una vez le dijo a mi papá que le gustaría un Yate para dar paseos por el mar, mi papá la complació comprándole uno al gusto de ella. Mi mamá se emocionó tanto que todos los domingo sin falta íbamos a navegar, pero desde que murio dejamos con mi familia de venir al Yate. Hasta ahora que quise traer a Calle, mamá habría amado a Calle y se que le hace feliz que allá venido con ella a navegar.
— Me gusta verte feliz. — murmuró, y la abrazo fuerte.
— A mi me encanta ser feliz junto a ti.Contemplo la inmensidad del agua azul, preguntándome qué debo haber hecho para que la suerte me haya sonreído y me haya enviado a esta hermosa mujer que tengo entre mis brazos. No puedo estar más que feliz. Desde que ella llegó a mi vida a hecho todo esto perfecto.
Me enamoré. Me enamoré de ella, de su sonrisa, porque me importaba nada lo que pasara si ella estaba sonriendo. Y me enamoré de su boca, de cada palabra que salía de ella. Me gusta incluso cuando se enfadaba porque se ve tan jodidamente sexy. Me enamoré de sus ojos color avellana. Me enamoré de su voz cuando canta. De cuando me abrazaba fuerte porque tenía miedo de perderme. Me enamoré de lo lista que es y de lo tonta que se ponía a veces cuando decía que no podría gustarme alguien como ella, pero yo no podía dejar de mirarla porque fuera como fuera, siempre estaba preciosa. De sus bromas. Me gusta cuando rodea mi cuello y jugaba a estar a dos centímetros de mi boca sin besarme, solo para ver quién aguantaba más sin hacerlo, y eso me volvía loca. Estoy completamente enamorada de ella.
— ¿Amor? — dice interrumpiendo mis pensamientos. — ¿Estas bien? Estás muy callada.
— Sí. — dije con una sonrisa. — ¿Sabes que te amo demasiado?
— Claro que lo se, porque yo te amo de la misma manera. — recarga su cabeza en mi pecho.Nos encontrábamos paradas enfrente de la baranda del Yate disfrutando del sol, el sonido del mar, del viento y la compañía.
Empiezo a repartir besos por el cuello de Calle, ella inclina su cabeza un poco al lado dándome mejor acceso. Como estaba detrás de ella agarrándola de la cintura, empecé a masajear su abdomen descubierto con mis manos.
— ¿Porque mejor no vamos a la habitación? — susurre en su odio.
Sentí como su piel se erizo por lo que dije. Se giró quedando enfrente de mi con una sonrisa. ¡Dios! amo cuando sonríe así tan Inocente.
— ¿Para que quieres ir a la habitación señorita Garzón? — enrolla sus brazos en mi cuello mientras se queda a centímetros de mis labios.
— Porque quiero perderme en ti una vez más. Aquí sobre el mar.— le doy une beso.Me separo de ella y la tomo de la mano arrastrándola hasta el interior del Yate. Al llegar al frente de la puerta de la habitación principal la estampe en ella besándola con intensidad, nuestras bocas se devoraban sedientas de más. Sus manos estaban en mi cabello tirando de él mientras que yo la acercaba más a mi. Sentía como mi cuerpo se iba excitando más. Me despegué se sus labios y los llevé hasta su cuello, dejando suaves besos sobre la piel, mientras Daniela tiraba de mi cabello con fuerza haciéndome jadear.
— Te amo. — susurre en su oído.
— Te amo mas.Abrir la puerta y entramos en la habitación cerrando la puerta a nuestras espaldas. Empezamos a caminar hasta llegar al pie de la cama mientras nuestras bocas seguían unidas y yo desarmaba la parte de arriba de su traje de baño, y ella hacía lo propio con mi ropa. Me separé de ella y la miré de arriba a bajo admirándola.
— Eres hermosa. — murmure. — ¿Sabes qué te voy a hacer ahora?
— ¿Sabes qué te voy a hacer ahora? — repite con una sonrisa pícara.La coloque sobre la cama, yo sobre ella. Estábamos sobre la cama desnudas, acariciándonos, sintiéndonos, besándonos con dulzura, sintiendo como nuestras lenguas se entrelazan. Entró en ella suavemente, ganándome un gemido de ella. Se movía al ritmo de mis dedos, expresando todo el amor que sentíamos una de la otra.
º º º
Estábamos acostadas sobre la cama abrazadas, disfrutando de la calor que nos da nuestros cuerpos después de amarnos varias veces más. Acariciaba su espalda con la yema de mis dedos con suavidad sintiendo como su respiración se hacía más pesada, señal de que se estaba quedando dormida.
— Te amo mucho mi amor. — susurre, depositando un beso en su frente. — Descansa, amor. — susurre.
Mire la hora y me di cuenta que apenas eran las dos de la tarde aún. Así que la estreche más a mi abrazándola fuerte. Esta mujer me hace la mujer más feliz del mundo. Y así viéndola dormir y acariciando su espalda, me quede dormida junto a ella.
𝐘.𝐌.
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Enamorada de su sonrisa
RomanceLa chica fría que no cree en el amor queda enamorada a primera vista de una sonrisa. ¿Qué pasaría si un día estas caminando, pero en eso todo se vuelve negro y despiertas en un lugar desconocido? Golpes, misterio, romances, besos y más...