Entre hermanos

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Las piezas de la armadura de Fenrir tuvieron que ser llevadas con carruajes, pero en esta ocasión, el lobo estaba detrás de Kattegat

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Las piezas de la armadura de Fenrir tuvieron que ser llevadas con carruajes, pero en esta ocasión, el lobo estaba detrás de Kattegat. Tanto Gyda como los herreros estaban nerviosos. Pero ella tenía la esperanza de que Fenrir, acostumbrado a su peso sobre el lomo, no mostraría queja alguna. Sin embargo, la duda seguía allí.

El lobo se encontraba recostado frente a Gyda para tenerla medianamente a su altura. Sus oscuros y grandes ojos se anclaron sobre ella, pero aún permanecía consciente de los herreros en la parte de atrás.

—¿Serás un buen lobo? —le murmuró, sosteniendo su hocico con ambas manos—. Tranquilo...

Al ver que Fenrir no hacía nada, Gyda se enderezó y se dió la vuelta hacia los herreros y los ayudantes que venían con los carruajes.

—Será como la otra vez.

Como señal, asintió con la cabeza y dubitativamente los herreros y sus ayudantes comenzaron a diseñar una manera de levantar las piezas de las armaduras sin alterar a Fenrir, aunque éste ya estaba mirando con demasiada atención. Gyda observó a su lado con gran fascinación el trabajo arduo de los hombres. Los caballos se encontraban reacios a acercarse al lobo, lo que dificultó un poco la tarea.

Cuando toda la armadura se mantuvo suspendida por gruesas cuerdas, atadas contra los árboles y sostenidas por manos humanas, Gyda le indicó a Fenrir que se levantará e hizo que la siguiera por debajo de la armadura. Él alzó la cabeza hacía arriba, rozando ligeramente el metal de la parte delantera.

—¡Empiecen a bajar! ¡Con cuidado! —ordenó uno.

Las manos de los hombres rasparon a medida que la cuerda quemaba la piel. Gyda tomó toda la atención de Fenrir para calmarlo, su corazón latiendo velozmente.

—Cuidado —advirtió el hombre cuando la armadura estuvo a centímetros del cuerpo del lobo.
—Es solo peso, Fenrir. Puedes soportar muchos más, tranquilo —continuó murmurando Gyda, acariciando una de sus grandes patas. Luego se separó y subió por una escalera que habían puesto justo enfrente de la cara del lobo. Fenrir la observó con atención y ambos se quedaron frente a frente. Gyda le sonrió y trató de no ver abajo. Alzó su mano y dió la señal.

Gyda Lothbrok: Madre del Gran Fenrir -Ubbe Ragnarsson-(editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora