Era una mañana nublada, pero aún se apreciaba el paisaje que Gyda tenía delante suyo. Lejos del pueblo y rodeada por el susurro del viento, Gyda se mantuvo de pie contemplando la calma del mar y disfrutó cada segundo de silencio. No había gritos, ni discusiones, ni planes para una batalla. No había sangre.Fenrir sacudió su mano con el hocico para llamar su atención. La muchacha bajó su cabeza hacia el lobo y pudo ver la preocupación en sus oscuros ojos.
—Todo estará bien, Fenrir.—le aseguró, aunque las imágenes de anoche aún se repetían constantemente.
De pronto, escuchó su gruñido y se dió vuelta inmediatamente. Su expresión se quedó en blanco. A lo lejos Gyda distinguió la figura delgada de aquel muchacho que había visto antes a la distancia. El hijo del Rey Horik, un aliado de su padre. Gyda se preguntó como sabía que estaba allí. No sabía mucho de él, pero había algo que no le gustaba, tenía un mal presentimiento. Y claramente Fenrir lo veía mejor que ella.
—Calma, Fenrir.—le tocó la cabeza.
Gyda no había interactuando con ningún muchacho cerca de su edad, y se encontraba nerviosa al respecto.
El hijo del rey no se detuvo ni un instante cuando llegó hacia ellos, le dio una mirada respectiva a Fenrir y se acercó un poco más a Gyda con cara arrogante. Gyda no tuvo otra alternativa que sonreír levemente y mantenerse neutra. En cambio Fenrir, le mostró los dientes, chasqueando la mandíbula y dando un paso al frente para alejarlo de ella.
El chico obedeció y levantó los brazos con una sonrisa estupida.
—Lo tienes bien domado.
Gyda entrecerró los ojos levemente.
—No lo está, actúa por su cuenta. No lo subestimes. —le aclaró a la defensiva. Odiaba cuando las personas creían que lo había domado o que era controlado. Fenrir era libre de hacer lo que quisiera, pero como madre e hijo, había mutuo respeto y amor.El chico aflojó su sonrisa y luego carraspeó.
—No nos han presentado formalmente, soy Erlendur. —alzó su mano para tomar la de ella pero Gyda solo sonrió e inclinó la cabeza.
—Gyda Lothbrok.Erlendur ya no se encontraba sonriendo, más bien se le notaba disgustado por la falta de atención de la hija de Ragnar y eso no le agradaba en absoluto.
—He escuchado que has vuelto de la muerte.
—La he enfrentado. Estuve cerca. —le explicó.Se preguntó quien le habrá contado sobre eso. Al parecer, los rumores vuelan rápidamente.
—Claro, tienes razón. —se rascó la cabeza.—¿Te gustaría dar un paseo conmigo?
Gyda se lo pensó y eso solo lo irritó más.
—Tal vez en otro momento, Erlendur. Me gustaría quedarme un poco más aquí y disfrutar de la tranquilidad.
Erlendur apretó los dientes por el rechazo. Gyda lo notó y enseguida se irguió en alerta.
—¿Crees que por ser la hija de Ragnar Lothbrok eres superior a los demás? No eres más que la hija de un conde. —replicó, dando un paso al frente.
A pesar de que Fenrir se puso delante de ella y ladró en advertencia, Gyda retrocedió del susto y la sorpresa ante el repentino ataque. Aquella faceta falsa de amabilidad se había evaporado y Erlendur había mostrado su verdadera cara.
—Si solo soy la hija de un conde, ¿no deberías buscarte a una princesa? ¿Por qué perder el tiempo conmigo?—le desafío ella.
Por un momento, Erlendur se vio desconcertado ante las palabras de Gyda. Como si no supiera contestar a eso, como si lo hubiera tomado desprevenido.
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Gyda Lothbrok: Madre del Gran Fenrir -Ubbe Ragnarsson-(editando)
Fiksi PenggemarTras sobrevivir a una fuerte epidemia que acabó con la mitad de Kattegat, Gyda, la única hija de Ragnar y Lagertha, se había ganado el temor de los habitantes del pueblo del cual su padre gobernaba. Nadie podía acercarse a ella, nadie podía lastimar...