Los hermanos Lothbrok

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El príncipe Aethelwulf gritó con su espada alzada y cabalgó con su tropa hacia el ejército vikingo bajo una lluvia de flechas

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El príncipe Aethelwulf gritó con su espada alzada y cabalgó con su tropa hacia el ejército vikingo bajo una lluvia de flechas. Muchos cayeron antes de chocar con los hijos de Ragnar Lothbrok. Gyda bajó su arco al ver que todos se habían mezclado y ordenó a los demás arqueros que se unan a la batalla. Desenvainó su espada con escudo en mano y corrió con los demás sobre la empinada del monte. Su corazón latía con fuerza y su mente se había puesto totalmente en blanco.

No pudo distinguir a ninguno de sus hermanos cuando llegó y tampoco tuvo tiempo para dar un vistazo más. La espada de alguien chocó contra su escudo y Gyda rasgó su vientre en el más minúsculo segundo de oportunidad.

Sus ojos iban y venían, tratando de enfocarse en sus enemigos,  cubriéndose a ratos y cortando con su espada. La leve neblina y el tono gris del cielo no ayudaba mucho, requería más precisión y visión.

Pero cuando el campo de batalla fue reduciéndose ante la rabia de sus hermanos, sus ojos cayeron automáticamente en el príncipe Aethelwulf, luchando sobre su caballo. Ninguno pudo llegar hasta a él, así que, sacándose de encima a más ingleses, corrió sobre el barro y gritó a un pequeño grupo que estaba cerca de él:

—¡Escudos! ¡Impúlsenme! —Tiró su espada.

Los hombres la oyeron y no dudaron en formar una plataforma con sus escudos. Gyda puso uno de sus pies sobre las manos de un guerrero y éste la impulsó por encima de la plataforma. Dió tres pasos y saltó, impactando con el príncipe y llevándolo al suelo. La caída fue dolorosa, su muñeca se torció en una mala posición pero no soltó su escudo. Era lo único que tenía para defenderse ya que su espada había quedado atrás.

Pero por suerte, cuando ella se levantó al mismo tiempo que el príncipe, uno de sus hombres corrió tras él con un hacha, aunque Aethelwulf lo frenó al instante y lo empujó. Gyda tuvo que defenderse de otro con su escudo, apretando lo dientes por el dolor en su muñeca. Alguien lo derribó y ella se apresuró a buscar una espada. Sin embargo, cuando estaba por acercarse a una, fue tomada del cabello y la tiraron hacia atrás. Gyda giró el brazo que sostenía su escudo y golpeó el rostro de su atacante con fuerza, gritando en el proceso.

El príncipe soltó su trenza y retrocedió, atontado por el golpe. Gyda aprovechó aquel instante para propinarle otra paliza, pero en esta ocasión, él detuvo el ataque e impulsó el escudo contra su mentón para luego girarlo hasta que Gyda no pudo aguantar la presión y lo soltó involuntariamente. Su mano libre fue atrapada al instante y el príncipe no le dió oportunidad para defenderse cuando pateó una de sus piernas, haciéndola caer de rodillas contra el barro. Estaba tan atontada, que le costó enfocarse.

Lo miró con alerta, pero éste fue empujado fuera de ella. Dos de los guerreros lucharon contra él y Gyda gateó hacia su escudo y tomó la espada más cercana. Para cuando el príncipe derribó a sus contrincantes, Gyda corrió hacia él, y arremetió el filo de su espada contra su espalda, haciendo que cayera al suelo de rodillas. Se cubrió con un escudo cuando ella volvió a atacar y su espada rozó el vientre de Gyda peligrosamente.

Gyda Lothbrok: Madre del Gran Fenrir -Ubbe Ragnarsson-(editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora