La reunión.

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REINO DE WESSEX, INGLATERRA

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REINO DE WESSEX, INGLATERRA

El cuerno sonó a lo lejos para alertar la llegada de los vikingos. Todos ellos fueron escoltados por dos guardias del rey. Gyda observó todo con cautela y curiosidad mientras detenía su caballo junto a su madre. Le echó un vistazo a su lobo para comprobarlo mientras esperaban ordenes para avanzar. Fenrir se notaba tan cauto como ella, alzando su hocico al cielo. Ella tenía miedo de estropear aquella delicada línea entre el rey y su padre. Si Fenrir se veía amenazado por algo sabía que no duraría ni un segundo para abalanzarle contra los soldados.
Con un suspiro tembloroso, alzó sus ojos precavidos hacia el frente. Más soldados vigilaban las torres de la pequeña muralla. Los arqueros contemplaban a su familia fijamente, sus arcos fuera de la vista. Gyda miró a cada uno de ellos con el corazón acelerado, cuyos rostros tapados por cascos de metal permanecían neutrales. Sin embargo, advirtió que sus ojos caían sobre Fenrir de vez en cuando.
Segundos más tarde, abrieron las puertas y los soldados que los estaban custodiando avanzaron primero. Su padre se movió detrás de ellos y los demás lo siguieron. Cuando Gyda pasó por la entrada, contuvo su sonrisa al notar que uno de los soldados se apartaba sutilmente lejos de Fenrir.
En el momento en que entraron al pueblo, se encontraron con una fila de soldados haciendo guardia a cada lado, dejando a las personas fuera de peligro. Los civiles estiraban sus cuellos con curiosidad y en la mayoría de ellos, Gyda observó que les lanzaban miradas desagradables.
Cuando se detuvieron en el centro, alzó sus ojos hacia el rey, quien los esperaba frente a un pequeño escenario con una sonrisa ligera. Dos mujeres se encontraban de pie a cada lado de él y reconoció al príncipe sosteniendo a un bebé. Sus ojos conectaron, recorriendo a su lobo con una expresión indescifrable. Gyda lo miró con desdén y apartó su rostro.
Las personas del pueblo se arrimaron hacia ellos y observaron con sombro al gran lobo. El rey se puso de pie, dirigiendo sus ambiciosos ojos hacia Gyda y Fenrir antes de mirar a su padre.
—¡Bienvenidos! ¡Son todos bienvenidos!—celebró, caminando hacia ellos. —Conde Ragnar.
Gyda bajó de su caballo con la ayuda de Björn y se apresuró a colocarse junto a Fenrir, escuchando las desconocidas palabras del rey.
—Él es el rey ahora.—interrumpió Athelstan.—Rey Ragnar Lothbrok.
El rey Ecbert frunció el ceño.
—¿Qué le pasó al rey Horik?
Cuando Gyda reconoció el nombre, no fue necesario entender lo que pasaba. Tragó saliva y esperó en silencio.
—Tuvo un...desafortunado accidente.—explicó Ragnar.
El rey no se mostró muy afectado, lo que lo hacia más peligroso.
—Entonces somos verdaderamente iguales.—dijo, mirándolo con complicidad. —Vengan, acompáñenos a un banquete y hablaremos con más privacidad.

Gyda Lothbrok: Madre del Gran Fenrir -Ubbe Ragnarsson-(editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora