Capítulo 37 [Secuelas]

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XXXVII

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XXXVII. SECUELAS.

La noche se había vuelto un caos.

Una noche terrorífica para Samantha y su familia. 

Los heridos estaban siendo atendidos en el hospital Müller. Donde la mayor parte estaba siendo custodiada por oficiales, quiénes también estaban procesando a los que habían muerto de forma inmediata en el acto.

Dos de los cuatro cómplices de Axel.

Por otra parte, Christie mostrado tener signos vitales, aunque su pronóstico de vida no era satisfactorio.

Brionne, mostraba ser fuerte frente a los cuatro disparos que había recibido. Por lo que, sus probabilidades de vida eran mayores.

Samantha se encontraba sentada en una de las habitaciones que poseía el hospital, terminando de colocarse un grueso abrigo sobre sus hombros. Se sentía demasiado nerviosa y frágil, pero no quería dejarse vencer por lo tenso y espectante del momento.

El miedo recorría sus entrañas, por qué mientras ella estaba checando si su bebé estaba bien. Malik, su esposo, protector y el padre de el bebé en su vientre, se debatía entre la vida y la muerte.

Solo de pensar en lo peor de la situación, un escalofrío recorría su cuerpo por enésima vez.

Malik quedó inconsciente en el momento en que entraron para llevarlo al hospital, puesto que no había suficiente equipo para tratarlo en casa.

Y después de varias horas, todos esperaban noticias al respecto.

Se encontraba sola en la habitación, recostada sobre una cama que solo le producía un sentimiento de soledad.

Quería llorar.

Desahogarse de cualquier manera posible.

Pero sin embargo, estaba petrificada y en silencio. Sabiendo que debía estar tranquila, por su hijo.

Con suavidad, frotó su vientre. Siento el movimiento del pequeño ser que habitaba dentro de ella, y el que le daba fuerza para no desmoronarse con tantos impactos.

Entre tantos pensamientos y su creciente cansancio, logro quedarse dormida. Eso hasta que un movimiento en su mejilla la hizo reaccionar de manera brusca, poniendose tensa al instante.

—Shhhh... Soy yo. —una voz ronca la hizo relajarse de nuevo, debido a que la reconocía de manera inmediata.

Asher.

—Esta bien. —procedió con suavidad, sin alterar su entonación.

—¿A qué hora quedé dormida?. —preguntó abriendo sus ojos con lentitud, adaptándose a la claridad de las luces.

—Algunas horas. —respondió, alarga do su mano para pasarle un vaso de agua para que ella bebiera de él.

Ella lo aceptó con un asentamiento, su garganta estaba reseca. —Gracias. —musitó, segundos despues—. ¿Cómo está todo afuera?.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora