Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|

Capítulo 44 [Contradictorio]

—Todo está muy bonito, Camille.

La mencionada simplemente se limitó a asentirle con la cabeza. —El lugar es muy hermoso —Camille se acercó a Samantha para murmurar en voz baja— pero en presencia de Iker diré lo contrario. 

Samantha se llevó un vaso con agua a los labios, para evitar reírse de la situación tan cómica que presenciaba. —Tu opinión es muy importante para él. Lo haces sufrir con tu indiferencia.

—Ese es el punto ¿No?

—Eres mala. —musito Samantha, formando una pequeña sonrisa en los labios.

—No lo soy. —exclamo Camille, fingiendo inocencia— Simplemente no hay que ponérsela demasiado fácil, que se esfuerce un poco. Está acostumbrado a tener todo con un chasquido de dedos... y no volverá a obtener eso de mí. —termino en voz baja, recordando el pasado.

Samantha no quiso contrarrestar a esa declaración, sabiendo que a su amiga no le agradaba tener que recordar amargos recuerdos. Si bien, no todos merecían ser olvidados. Era decisión de ella olvidar la gran mayoría de pensamientos negativos que su pasado había generado, y del cual solía tener secuelas hasta la fecha.

—Entonces hazlo sufrir... no mucho, pero si a tu manera. —Samantha termino con un guiño malicioso, que despertó la interminable risa de su amiga.

—Créeme que lo hare, Sam. Tengo muy buenos movimientos bajo la manga. —Camille miro por encima del hombro de Samantha, visualizando la silueta masculina que caminaba hacia ellas— Tu solo observa.

Samantha siguió la línea de visión, mirando a Iker avanzar a grandes zancadas en su dirección.

Iker iba de salida justo cuando ella iba ingresando por primera vez a la nueva casa que él había decidido comprar para la seguridad de los niños, y de maneras obvias, una invitación para que Camille se uniera. Ninguno de los hermanos pudo tener la suficiente interacción como para saber que sucedía con el otro, pero el rostro abatido de Iker planteaba una situación nada agradable. Aunque intento disimularla a medida que se acercaba a Samantha, no dejo de mantener una postura tensa cuando la rodeo en un fuerte abrazo, y procedió a hablarle al bebe, quien se emocionaba y pateaba con fuerza.

—Necesito que te comuniques con el diseñador, quiere terminar de checar el modelo de las habitaciones superiores. —Iker postro un beso en la frente de Samantha, antes de dirigir su atención por completo a Camille, pasándole una carpeta— Hazlo, por favor.

Camille disimulo su sonrisa divertida enarcando una ceja de forma inquisitiva, abrió la carpeta y negó de manera efusiva. —Esto no me gusta.

—¿Cómo que no te gusta? Tu misma lo escogiste la semana pasada.

—Eso fue la semana pasada. Además escógelo tú, es tu casa, no la mía.

Iker se limitó a sonreír ante el desafío. —Ya hablamos de esto, Camille.

—Que yo sepa me lo ordenaste. Eso cambia las cosas.

—Camille... —musito Iker.

—Dile al diseñador que ya no me gusta. Tómalo o déjalo, Lacroix.

Iker se pasó una mano por el rostro, exasperado por el comportamiento de la madre de sus hijos.

—¿Qué voy a hacer contigo, Camille?

Camille le miro con una sonrisa socarrona, antes de levantarse de manera dramática y buscar la salida. Cuando la melena oscura de Camille desapareció de su vista, Samantha volvió a centrarse en el aspecto de Iker, quien tomo el asiento frente a ella. No parecía disgustado con la actitud de Camille, tomaba con paciencia y diversión todos aquellos retos.