Capítulo 33 [Luz]

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XXXIII

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XXXIII. LUZ.

—¿Que les parece un color esmeralda de fondo?. —Emilia desplegó una carpeta con diversas tonalidades—. Se vería excelente como decoración.

—Me gusta mucho. —Azahara asintió con una sonrisa—. ¿Leylak?.

La mencionada levantó su mirada. —Concuerdo con tía Emilia.

—¿Samantha, que te parece?.

Completamente sumida en sus pensamientos, no escucho que Emilia le llamo en dos ocasiones más. Sino hasta que un brazo se posicionó en su hombro, haciendo que regresase a la realidad.

—¿Sí?.

—¿Estás bien?. —Emilia tomó asiento a su lado. Estando preocupada por las constantes distracciones de Samantha—. Has estado muy distraída ¿Hay algún problema con nosotros?.

Azahara, Emilia, y Leylak, no tenían idea de los episodios de los últimos días, por lo que, se encontraban preocupadas por ella.

—¿Has tenido alguna discusión con mi nieto?.

—Puedes contarnoslo. —Emilia le miro a los ojos—. Por qué si es así, no le gustará lo que se le viene encima. Lo último que debes tener en tu embarazo son problemas como ese.

Samantha formó una sonrisa, a sabiendas que la emoción no llegaba a sus ojos. —Malik es tan dulce con nosotros. —suspiró—. Jamás haría algo que nos causará una discusión. Solo soy yo objetando a sus órdenes. —dejo la taza de té sobre la mesita—. Han existido, algunas noticias... fuertes en mi vida últimamente, sobre mi pasado.

—¡Oh!. —Emilia comprendía perfectamente esa situación—. ¿Ha pasado algo con el caso...?

—No, es más... complicado.

Al escuchar la respuesta débil y simple de Samantha, entendieron que ella no estaba lista para hablar sobre lo que fuera el problema que estaba teniendo.

—¿Quieres tomar un poco de aire fresco?. —pregunto Leylak, dejando las carpetas sobre la mesa.

—Estoy bien así. —sacudió un poco su cabeza—. ¿Que les parece si seguimos observando las tonalidades?.

Las tres mujeres se miraron entre sí, sin saber si continuar con su deber o tratar de ayudarla. Pero antes de que pronunciarán alguna palabra, Samantha se inclino y tomó las diversas hojas, inspeccionando con cautela y presunción, con el único fin de distraerse un poco.

Logro hacerlo por una o dos horas, antes de sentir el peso de la mirada de su esposo atravesando su espalda, y posterior a eso, un beso en su cabello.

Malik se acercó a saludar a las mujeres en la sala, antes de que el extendiera una mano en su dirección. Con una despedida, la joven pareja partió rumbo hacia su hogar.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora