Capítulo 53 [Es igualito a tí]

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—Si pusiera en una balanza el elegir entre mi familia y mi nación, elegiría a mi familia. —Suspiró el jeque—. Pero no puedo renunciar a mis obligaciones políticas, no puedo dar la espalda a mi país. 

—Estas haciendo lo correcto, hijo. —Mohamed asíntio en dirección de su sobrino—. Estás dándoles una lección que jamás olvidaran. Con ello, no creo que intente volver a armar un complot contra tí.

Malik sonrió, conciente de que se había ganado el odio de varios parlamentarios. Pero no se iba a retractar, ellos habían estado hurgando y tomando decisiones que no les convenían. Ahora, estaban pagando las consecuencias. Se encargaría de incorporar a personas que fueran aptas en el puesto.

La limpieza era implacable.

A partir de la fiesta, las actividades se habían vuelto relativamente más tranquilas. Samantha no cargaba con otro pensamiento más que el de prepararse para el parto. Los días estaban contados, así que solo es cuestión de esperar.

Malik despidió a Mohamed, dejándolo solo en el despacho que mantenía en la casa. Su atención estaba dirigida a la pila de documentos, cuando Samantha entro en todo su esplendor. Cerrando la puerta con una radiante sonrisa, ella no tenía reparos en dirigirse hacia él y sentarse en su regazo, dejando que su esposo le robará el aliento con un beso.

—¿Cómo te sientes? —inquirió él.

—Estoy bien. —Samantha vaciló un poco con su respuesta.

Desde que había despertado, había sentido un cambio. Su bebé no estaba en una posición muy común, y sentía como si estuviera más abajo de lo normal. Pequeños dolores se acumulaban, aunque no eran escandalosos y podía manejarlos con facilidad.

Le atribuía a que el bebé estaba por nacer, en los próximos días, y por eso, el cambio tan descomunal.

Malik colocó su mano sobre su vientre, notando que estaba duro. Nada como las veces anteriores. No quiso alejarse de ella en el desayuno, pero debido a la repentina visita, tuvo que dejarla por un par de horas para lidiar con asuntos de trabajo.

—¿Estás segura, Daw'?

—Solo es eso, Collins dice que es normal. Se está preparando. —Samantha postro un beso sobre los labios de Malik—. Solo quería estar cerca de tí por un segundo. Te dejaré trabajar.

—Será breve. Puedes quedarte conmigo. Me encanta cuando estás en mi regazo.

—Lo sé. —Samantha le guiño el ojo, sin embargo, se puso de pie para rodear el escritorio. A una semanas de cumplir los nueve meses, sus pasos eran más lentos. Por lo cuál, con el tamaño de su estómago, cada día era más difícil movilizarse sin terminar agotada—. Pero me quedaré por aquí, tengo la intención de ser yo la que te observé está... —Samantha se detuvo de golpe, a punto de caer sobre el sofá, se estabilizó antes de tener algún golpe.

Tuvo una pequeña probada de dolor, antes de que un líquido caliente bajará por sus piernas.

—Sientate un momento, cariño. —Malik estuvo a su lado. Con la expresión preocupada mientras evaluaba a su esposa.

—Creo que eso no será necesario. Llama a Collins... —murmuró, apretando su brazo—. Cr-Creo que ya es hora.

—Todavia es muy temprano.

—Será igual de apresurado que el padre. —bromeó Samantha—. Vamos, por el momento puedo caminar. Lento... pero seguro. —murmuró empezando a caminar, cuando las intenciones de Malik eran cargarla.

Malik la ayudo a salir de la habitación, gritando el código de emergencia a uno de los guardias. Tenía todo planificado, por lo que sin problemas, Samantha llegó al auto.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora