Capítulo 28 [Heredero]

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XXVIII

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XXVIII. HEREDEROS.

—Malik... —gimio Samantha en el momento que su esposo se adentró con lentitud en su interior. Pudo escucharlo gruñir a través de la placentera neblina.

Habían llegado a casa hace dos horas, después de pasar por el chequeo con sus doctores, que a partir de ese momento iban a ser fijos en su rutina.
Samantha se encontró reflexionando durante todo el trayecto, sin lugar a dudas enterarse que estaba embarazada no era lo que ella esperaba. Pero mentiría si dijera que no estaba feliz con esa gran sorpresa.

Malik tenía los mismos pensamientos, y a pesar de que permanecieron abrazados y en silencio, podían descifrar lo del otro.
Él se encargó de alimentarla y limpiarla, aunque por suerte de ambos los deseos no se quedaban en bajo perfil. Y entre besos y caricias sutiles, terminaron entre las sábanas, jadeantes y necesitados.

Ella le rodeó con las piernas, mientras con sus manos delineada su espalda, clavando sus uñas en los tensos músculos al momento en el que el placer fecundado, era más fuerte de lo que podía sostener.

Malik la torturaba con golpes lentos, dejando un sendero de besos desde la curva de su cuello, hasta sus labios entreabiertos.

Sin previo aviso salió de ella para hacerla girar y tenerla sobre sus manos y rodillas, movimiento que hizo que Samantha jadeara con sorpresa. Pero aún así contoneo su trasero, en una clara invitación a que procediera.

Lo deseaba.

Una de las manos de Malik agarro un puñado de cabello rubio para llevarla y que su espalda yaciera sobre su pecho. Mientras que la otra descendía por su vientre de manera lenta y burlona.

Malik mordió de manera suave su oído, mientras se quedaba con la mano postrada en su vientre. —Vas a tener a mi bebé. —le gruño de manera posesiva.

—Voy a tener a tu bebé. —le repitió Samantha en un gemido cuando le sintió adentrarse de nuevo.

Samantha pudo notar su cuerpo tenso, mientras con la almohadilla del dedo de su esposo, masajeaba su clitoris acercandola a la liberación por la cual rogaba.

—¿A quien le perteneces?. —le gruño cuando Samantha estaba a punto de llegar a su orgasmo, su cuerpo se tornaba de un rosa al tiempo que sus dulces gemidos se hacían más graves y sus paredes lo apretaban con fuerza, a tal punto de nublar su visión.

—A tí.

—Puedes hacerlo mejor que eso, mi reina.

—¡A tí, Malik. Solo a tí!. —exclamó al momento que el orgasmo sucumbió su cuerpo y caiga sobre la almohada amortiguando su voraz grito.

Malik la vio derrumbarse, y tras algunos bombeos el también llegaba a la cúspide y caía derrumbado a su lado, ambos con las respiraciones agitadas.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora