Capítulo 4 [Visita]

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IV

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IV. VISITA.

—Se supone que no estarías más de 3 días en Dubái Samantha.

—"Se supone". —musita Samantha con una sonrisa divertida—. Quiero checar por mi cuenta la empresa, así que hay que aprovechar el viaje.

—Siempre estás al pendiente de las sedes. —opino.

—No es lo mismo hacerlo en persona, aunque Henrik es mi espejo, me gusta realizar las cosas por mi cuenta.

El sonido del ascensor detuvo su conversación, Esaú se adelantó para guiarla hasta la salida, las miradas de las pocas personas en el lobby se centraba sobre ella, algunas de deseo, mientras que otras de altanería y envidia instantánea hacia la rubia que destacaba con un vestido hasta sus rodillas y mangas largas de color piel.

Samantha no solía preocuparse por qué la mirarán más de lo debido, aunque realmente no notaba las cosas a su alrededor si no es sumamente importante, la distracción no era algo a lo que estaba acostumbrada.

Su sonrisa se ensanchó al ver al hombre de traje esperándola, sabía que tarde o temprano daría con él, y no se equivocaba, lo hubiera hecho mucho antes, si Asher no hubiera informado que Samantha estaba demasiado cansada para tener visitas o interrupciones durante el resto de la tarde y noche.

—¿Dónde está el psicólogo más guapo que he conocido?. —exclamo con dramatismo observando la ancha espalda que se manejaba aún más con la chaqueta.

Heider giro su cuerpo para encontrarse con los ojos azules de Samantha, acortó la distancia y la fundió en un abrazo que la estaba dejando sin aire.

—Me asfixias. —murmuro Samantha en el pecho de Heider.

—Te extrañe hermanita. —Heider la sostuvo más contra su cuerpo.

—Nos vimos hace 3 semanas. —comento sonriendo, pensando en el viaje sorpresivo del doctor a Estados Unidos.

—Aun así es mucho tiempo. —indago aflojando un poco su agarre.

—No exageres, esa alma tuya se a vuelto muy empalagosa.

—Tengo mucho amor para dar.

Samantha levantó su ceja de manera divertida. —No me digas. Por eso les dices "No estoy listo para una relación estable".

Heider se encogió de hombros, dándole un asentamiento de cabeza como saludo a Esaú, que no pudo evitar reír al escuchar la opinión de la rubia.

—No eran las indicadas. —se cruzo de brazos—. Ahora dime ¿Que hace en Dubái la que dijo que nunca volvería?.

—No dije nunca. —le pincho el dedo en el pecho, regañandose por ser un libro abierto con Heider—. Dije que pasaría un buen tiempo antes de regresar, y no me pidas explicaciones por qué tú ya lo sabes con lujo de detalles.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora