XXXIV. JAULA.Samantha giró por última vez, mirando con curiosidad el escote del vestido piel, que extrañamente, sentía que mostraba más de lo necesario.
Probablemente era por el embarazo, que hacía que su vientre creciera cada día. El conjunto de esta noche era recatado, o eso le hizo pensar Leylak al traerlo.
Por lo que podía escuchar, la fiesta estaba dando inicio an la planta baja, por lo que muchos de los invitados estaban con anticipación. Malik había bajado hacia pocos minutos por algunos improvistos, y aunque le dijo antes de partir que volvería por ella, no tenía intención de esperar más.
Acomodó algunos mechones de cabello en su espalda, escuchando como la puerta se cerraba.
—¿Eres tú, Malik?.
—Leylak. —la chica apareció con una sonrisa detrás de Samantha, haciendo contacto visual frente al espejo—. El vestido te queda espectacular.
—Pero... —divagó un poco—. ¿Crees que el escote...?.
—El escote es perfecto, es recatado y además te hace lucir hermosa.
—Siento que es revelador.
—No. —Leylak hizo a un lado la cabellera de Samantha—. Llega a la mitad de tu espada, tu cabello lo cubre.
—Eso espero. Lo siento si logro ser bastante quejista, creo que el embarazo me hace divagar sobre pequeñas cosas. —se quedó observando a Leylak, notando la gran diferencia, su cabello lucía suelto, sin nada que lo cubriera. El traje rojo oscuro, hecho de seda, resplandecian con la luz de la luna.
Decir que estaba sorprendida del cambio era poco.
Leylak notó como Samantha se quedaba mirándola sorprendida, por lo que solo pudo reaccionar riéndose de manera nerviosa, y reavivando sus mejillas del color del vestido.
—Te ves... ¿Diferente?.
—Esto está fuera de mi zona de confort, no suelo usar esta clase de vestimenta aquí en Dubai.
—Pero te queda espectacular. —Samantha se giró a Leylak—. Y me alegra mucho que quieras hacer este cambio en tí... Ehhh, ¿Prometido? ¿Tú prometido está haciendo este cambio en tí?.
Ante su sola mención, Leylak se tenso, pero lo supo simular con una sonrisa. —No lo discute, pero no está en contra.
—¿Te hace felíz, Leylak?. —preguntó Samantha.
Leylak miró fijamente a Samantha, quedando en un profundo silencio. Eso le daba muchos pensamientos, por lo que ella comprendió que quizá las cosas no estaban tan bien por ahora.
Antes de que Samantha intentara dar un consejo, la puerta se abrió, relevando a una de las organizadoras.
—Buenas noches, señora Sabbagh. —saludó—. Me permite a la señorita Leylak por unos minutos, es indispensable que supervise algunas cosas. —esta sonrió—. Además, el señor Dagach la está esperando abajo, esta conversando con nuestro Jeque y el joven Abraham.
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Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|
RomancePara Samantha Müller ser la CEO de un imperio rodeado de hombres, no le a traído más que una montaña rusa de luchas y sacrificios, que la han vuelto un ser impenetrable, donde cada segundo de su vida está planificado de manera minuciosa. Una llamada...