Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|

Capítulo 55 [Final]

—Estaba buscándote, Daw’ —Malik deposito un beso en su sien, rodeándola con sus brazos al tiempo que su mirada se dirigía a la cuna donde Kaled dormía.  

—He estado aquí todo el tiempo. —comentó despreocupada. Se recostó sobre su pecho, suspirando satisfecha.

—Debí suponerlo, te tiene agarrada a su meñique.

Samantha no pudo evitar sonreír, mirando al pequeño hombrecito profundamente dormido. —No puedo evitarlo... es tan lindo.

Kaled cumplía dos meses, tiempo que había transcurrido de forma pacífica y normal, alejados del público y de las situaciones tan mediáticas.

Había tranquilidad y mucho alivio.

Todo tomaba el rumbo adecuado.

—Lo mejor de ambos. —concordó Malik, colocando su mano sobre el estómago de su esposa, para pegarla más a él y esconder su rostro en el hueco de su cuello.

Samantha correspondió su toque, sintiendo el cosquilleo que la incipiente barba de él producía al contacto con su piel.

La excitación era algo con lo que había aprendido a lidiar. Cada vez que Malik la apretaba contra él, no podía evitar sentir un cosquilleo en su bajo vientre.

Malik era duro, y muy difícil de quebrantar. Por lo que, aunque hace semanas se terminó el tiempo de reposo, él insistía en que no estaba del todo curada. Y, por lo tanto, nunca cruzaba la línea.

Era un gesto tierno, y calentaba su corazón al saber que él pondría su seguridad y su salud sobre cualquier cosa, sin embargo, Samantha quería a su marido en todos los aspectos posibles.

Se safo de su agarre y se giró para estar de frente a él, levantándose puntillas, rozó sus labios contra los de Malik, provocándolo de la misma manera que él lo hacía todas las noches.

—Salgamos de aquí. —susurró.

Ella espero a que Malik se inclinaría en la cuna para tocar a Kaled y dejar un beso sobre su cabeza, cosa que provocó que el bebé se removiera, aunque después de su comida, estaría tranquilo por un tiempo más prolongado, hasta que se despertara llorando queriendo más.

Samantha lo tomo de la mano y lo saco de la habitación del recién nacido, que era continúa a la suya.

—¿Cómo estuvo todo? —inquirió Samantha, un tanto curiosa.

Malik se sentó sobre la cama, mientras Samantha se quedaba de pie. Cosa que no duró mucho tiempo, debido a que él la atrajo su regazo. —Fue un debate muy duro, pero he podido destituir a los parlamentarios, que, en efecto, solo han causado problemas desde el principio. Los nuevos ocupantes están más que actos para desempeñar en sus puestos, sin caer en actos vandálicos y conspirar a mis espaldas.

—Es algo bueno de escuchar. —ella removió el cabello de Malik, acercándose un poco a su rostro, esperando que prosiguiera.

No negaría que se sentía aliviada, después de todo, todos ellos fueron los que le introdujeron ideas a Zoraida, y le hicieron creer que Malik terminaría accediendo a su propuesta.

Nadie vio venir que Malik jamás caería en sus juegos, ni mucho menos aceptaría semejante propuesta.

—Nunca hubieran logrado nada —argumentó— tu eres todo lo que necesito.

—¿Así? —comentó ella, presionando sus labios juguetonamente contra los de su marido.

—Deja de jugar. —Samantha soltó una carcajada tras el gruñido de Malik.

—¿Que se siente?

Malik no respondió, tomándola por el cuello, tomó sus labios en un beso rudo. Samantha esperaba receptiva el arrebato, abriendo su boca para que su lengua danzará junto a la suya. Cogiendo su boca de tal manera, que su centro se apretaba con la necesidad de estar unida a él.