XVIII. PROMESA.
Samantha resoplo por enésima vez frente al espejo. Se limitaba a reposar sus manos contra el frio material del lavamanos, mientras miraba con detenimiento su apariencia en el espejo.
Portaba solo un sencillo camisón de seda en un tono azul rey, sin importarle llevar o no, ropa interior consigo.
Llevaban 5 días estando en la casa de Malik, su esposo.
Cinco días en los cuales se sentía relajada, pero sobre todo felíz.
Él se había encargado de pasar todo el tiempo junto a ella, desde que el sol aparecía en el horizonte, hasta la luna asomaba entre las nubes.Aparte de la primera noche que Malik le hizo el amor, no había vuelto a compartir más que besos con ella.
Y además...Dormía la habitación continua a la de ella.
Samantha había protestado y persuadido, para que estuviera de nuevo con él. Pero Malik había sido claro con su palabra.
—Mí reina, tú dejastes como una petición que tuviéramos en habitaciones separadas. A pesar de todo lo que pasó, y de lo mucho que deseo tenerte a mi lado, te daré tu espacio tal y como lo pediste antes. Te amo preciosa, dulces sueños.
Cada noche decía lo mismo, que iba a darle espacio para que descansará y pensará muy bien sus decisiones.
El karma.
Por primera vez estaba arrepentida de tomar esa decisión, y plasmar esa cláusula en su contrato.
—Deja de pensar en eso, Samantha. —se murmuró a si misma frotándose los sienes—. Eso lo hiciste bajo otras conclusiones.
Samantha en ese momento estaba en su punto más vulnerable, no quería que Malik le tomarán el pelo con engaños, o muchos menos jugar a una esposa trofeo con las personas externas, aquella que soportaba infidelidades por compromiso.
Definitivamente esa no era ella.
Ella creía que podía pasar este matrimonio estando alejada de la única persona que había amado, y evadir sus verdaderos deseos.
El sonido de su teléfono desvió sus pensamientos, el aparato se iluminó mostrando que eran las 11 de la noche, junto la pestaña del chat que reflejaba una sola pregunta.
¿Estas repasando tu noche de bodas?.
El mensaje de su mejor amiga la hizo reír, sin duda alguna necesitaba distraerse. Por qué de no ser así, su mente haría sus propias excavaciones tal cual las últimas noches.
Como si su mejor amiga estuviera sincronizada, el teléfono se iluminó con una llamada entrante.—Camille. —musitó.
—Hi Sami. —exclamo la mencionada—. ¿Que hacés?.
—Nada importante, repasando mi noche de bodas. —dijo divertida saliendo del baño.
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Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|
RomancePara Samantha Müller ser la CEO de un imperio rodeado de hombres, no le a traído más que una montaña rusa de luchas y sacrificios, que la han vuelto un ser impenetrable, donde cada segundo de su vida está planificado de manera minuciosa. Una llamada...