Capítulo 38 [Defensa]

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XXXVIII

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XXXVIII. DEFENSA.

3 días de agonía.

No podía describirse de otra manera.

Nada mejoraba, es más, el daño colateral pronto se estaba cosechando entre la población de Dubái y el mundo.

Samantha había vuelto a la casa, a pesar de no querer alejarse del hospital, pero eran todos contra ella, y su bienestar. Por lo que no tenía gane en esa batalla.

Accedió a regresar a la casa, por su bienestar y el de su hijo. Aunque sabía una cosa, parte de su corazón se había quedado en el hospital, en la unidad de cuidados intensivos.
 
Los demás que se habían quedado en el hospital, turnandose para no separarse de él. Prometieron mantenerse en contacto con ella varias veces al día, dependiendo la información que obtuvieran de los médicos.

Con el peso de sus pensamientos, entro a la oficina de Malik, junto a varias personas cuidándole la espalda. Habían muchas cosas en las que debía ponerse al margen, y se pondría a disposición.

Necesitaban dar respuestas a la población, quiénes se de forma fatídica, se enteraron que su jeque había sido herido por un fugitivo, añadiendo una breve teoría de lo que pudo haber la noche del atentado contra la familia esa noche, desde el punto de vista de los invitados.

Quiénes no tenían mucho que decir.

Nadie sabía la verdad relatada esa noche por Axel.

—Tiene que emitir un comunicado, explicando la situación de nuestro Jeque. —habian opinado todos los consultores que Malik poseía, que en su mayoría eran señores experimentados en temas como ese.

Se acomodo en la silla de Malik, inhalando fuertemente el aroma que estaba impregnado en la habitación, y que le recordaba a él, y en como estos tres días se habían convertido en un completo infierno.

Solo de pensarlo, las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Cada noche, le costaba conciliar el sueño, debido a que no tenía los típicos abrazos de Malik, ni el calor que su cuerpo desprendía.

Collins había empezado con varios té relajantes, que hacían el trabajo, al igual que sus masajes.

Su bebé parecía extrañarlo aún más, sus movimientos se volvieron más efusivos, de tal modo que Collins ya tenía percepción de ellos.

Malik debió ser el primero en notarlos. Pensaba con una opresión en el pecho.

Tomó el teléfono de la oficina, dispuesta a llamar a los abogados de la familia Sabbagh y a los consejeros del Jeque. Emitiría ese comunicado, por qué las conferencias de prensa estaban anuladas por el momento.

Solo esperaba que eso calmara a la población.

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—¿Quieren su cabeza?.

Una esposa para Malik #2 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora