•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°

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Draco Malfoy.

Estaba desayunando tranquilamente en el comedor, deje de lado el periódico, después de media botella de Whisky de fuego ya no podía seguir leyendo sin sentirme mareado.

Su primera vez... ¿En Serio podía confiar en sus palabras?.

Cerré los ojos recordando como se frotaba contra mí, aquellos besos que me robaron el aliento y la cordura.

Me dijo que era su primera vez, pero... Harry se frotaba tan bien y su lengua ardiente recorriendo mi miembro.

Era su primera... ¿Vez en que sentido?, ¿en el sentido que nunca se la habían metido?, O algo similar porque juro que esa boquita cereza me hizo sentir tan bien.

Oh joder debí que haber disfrutado más porque claramente esa iba a ser la única vez que iba a ver así.

De deseoso, sumiso... rogando por placer.

Con sus ojos verdes dilatados, con su cuerpo bien formado cubierto por una capa de sudor muy fina, jadeando por aire.

Debe que estar mintiendo, estar dentro de él se sintió tan bien y el lo hizo tan espectacular que a pesar de estar enojado con el pensar en esa vez me hace ponerme tan duro.

Soy adicto a el.

Tome el vaso de Whisky y me lo bebí de un trago mirando como Harry bajaba las escaleras intentando quitarse el anillo.

Sonreí burlonamente, pobre idiota.

Es más que obvio que el anillo no sale de tu dedo jamás.

Relamí mis labios sintiendo el enojo inundar mi torre sanguíneo, mordí mi labio inferior mirando sus curvas y su rostro atractivo.

-¿Dónde está el cuadro?- Dijo Potter mirándome fijamente.

De Harry a Potter, ¿qué tanto cambian las cosas de unos días para otros?.

-Es mi abuelo no el tuyo.

Le respondí regresando mi mirada a la comida, estaba tan tranquilo sin el idiota de Potter por en medio.

Mi voz fue demasiado baja, retadora, esperaba que Potter me dijera algo dispuesto a defenderse y atacar.

Abraxas había estado jodiendo, gritando cada dos por tres cosas que me ardían. Niñato, débil, celoso... Lo metí en el sótano por la noche y lance un muffiato en la habitación antes de volver a mi oficina.

Obviamente, no le diría nada, suficiente tuve con saber que Potter se estaba haciendo terriblemente cercano a mi abuelo.

Si también estaba celoso de mi jodido abuelo, Potter es un maldito seductor nato, no sabe que con una mirada y una sonrisa traviesa puede poner duro a cualquiera.

Además, el es tan... no me sorprendería que tuviera aventuras con todos los Weasley.

-¿Algo más?.

Potter apretó los puños ante mi pregunta, le sonreí suavemente y cruce mis brazos apoyados en la mesa.

-Sí, quiero saber en dónde está el cuadro.

Ahora resulta que el perfecto San Potter no solo quiere ponerme los cuernos con un traidor de la sangre, sino que también me quiere engañar con mi propio abuelo.

Me serví más Whisky en un vaso y me lo tomé de dos tragos sintiendo el ardor del alcohol quemar mi garganta.

Apreté la mandíbula mordiendo por dentro mis mejillas en un débil intento de calmarme, mi anillo estaba apretándose de nuevo demostrando lo enojado que estaba Potter.