•ஜ • 4• ஜ •

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Harry Potter.

Me aseguré de que Harry, el otro Harry, se quedara con el otro Draco, solos en el baño, tuve que distraer a Snape lanzandole el confundus más sutil que le podía mandar, era raro verlo así, con vida...

Eché una última mirada al Draco y al Harry que estaban discutiendo, no pude evitar avergonzarme al ver como mi otro yo se trababa con su lengua y se sonrojaba, me veía como un imbecil...mi mirada se desvió de el otro Harry al otro Draco quien lo miraba con una curiosidad casi imperceptible.

Sonreí suavemente al reconocer esa mirada de anhelo.

¿Como no me había dado cuenta de que Draco estaba enamorado?.

Mirándolo ahora asi es mas que obvio para mi que desea besarme pero claro como siempre tenía que lanzarse a gritarme, contuve un suspiro largo al ver como Draco le gritaba al otro Harry, mordi mis labios al ver como poco a poco me iba acorralando con la pared.

Cerré los ojos sintiendo mi corazón latir desenfrenadamente, con mi varita colocada en mi sien mande hacia el otro Harry los sentimientos que tenía en ese momento, abrí los ojos justo cuando ambos dejaron de hablar viendo como mi otro yo se atrevía a completar ese paso.

Entonces sabiendo que ya había hecho todo lo que pude hacer me marché hacia las afueras de la mansión Arvey ansioso por saber cómo esto cambiaría las cosas, intentaba no darle muchas vueltas a las posibilidades infinitas que tenía de permanecer a su lado.

Mire entonces los jardines grandes y bonitos de la mansión aun bajo la capa de invisibilidad, relami mis labios nervioso quitandome la capa de encima para mandarla de nuevo a mi baúl de Hogwarts

Aparecí en la mansión Arvey, el corazón me latía desenfrenado viendo como todo volvía a pasar en cámara rápida.

Cerré los ojos antes de sentir como alguien me lanzaba algo a la cara que me hacía toser un poco para caer de espaldas golpeandome la nuca.

Mi cabeza retumbaba del dolor, apenas sentí algo suave tocar mi cabeza un quejido salió de mis labios.

-Auch.-Me queje abriendo los ojos encontrándome con un techo blanco perla.

-¡Harry!.

El cerebro me estaba palpitando, me senté mejor en la cama.

-Merlin mio amor.-Murmuró una voz ahogada en llanto.

Apenas iba a hacer el esfuerzo para pararme uno brazos me rodearon estrujando con fuerza.

Aturdido parpadee varias veces percatandome que la habitación no era la habitación de Draco y mia.

La cama era de sábanas color melón, las cortinas eran de un hermoso color oro y las paredes estaban pintadas de un color sutil muy bonito que le daba una calidez a la habitación.

El suelo era de un roble chocolate claro y las cortinas de la cama eran de un bonito color azul marino.

Bajé la mirada hacia la persona que estaba aferrada a mi, vestía un traje color morado muy bonito y por lo que veía estaba ceñido.

Mis brazos en automático abrazaron a la persona de cabellos dorados sollozante, no entendía que pasaba solo entendía que debía acariciar sus cabellos con mis manos frías mientras soltaba un largo "Shhh, no pasa nada"...

-Pense que j-jamás v-volvería a v-ver t-tus ojos.-Murmuró la voz ronca.

Esa persona se alejo de mi y entonces con mis ojos pude recorrer el rostro afilado de Nathan, sus ojos azules se veían tan rojos e hinchados, su piel estaba pálida y tenía unas grandes ojeras negras bajo sus lindos ojos azules.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora