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Harry Potter.

No puedo creer que vaya a hacer esto, después de aquellas palabras yo voltee para ver el patronus.

Ron no se quedaría viendo nada.

Al menos eso espero.

La mano delicada de Draco tomó  mi mentón subiendo mi rostro hacia arriba para que viera sus ojos grises.

Una sonrisa ladina coqueta se formó en su rostro, sus manos se deslizaron por las curvas de mi cintura hasta llegar a mis glúteos.

Su mano estaba tomando firmemente mi mentón impidiendo que bajara la mirada, mire atentamente sus ojos sintiendo el calor bajar de mi pecho a mi zona íntima.

Me removí temblorosamente cuando sentí como Draco buscaba rozar con sus ágiles dedos mi entrada por encima de mi ropa.

Mordí mis labios cediendo al placer, arquee mi cuerpo hacia delante pegando aún más nuestros cuerpos, Draco se separó de mí para apreciar mi rostro.

Sus manos subieron de mis glúteos a mi cuello, recorriendo con lentitud mi cuerpo, sus manos largas y finas se posaron en mi pecho.

Eche la cabeza hacia atrás girándola suavemente hacia la derecha, entrecerrando los ojos disfrutando de aquel tacto tan agradable.

-¿Excitado Potter?...

Susurro Draco con una voz tan ronca que solté un gemido ronco complacido de oír aquella voz tan...

¿Cómo esto podía ser tan excitante?.

Sus manos se enredaron alrededor de mi cuello ahorcándome suavemente, Draco avanzó hacia delante haciéndome retroceder hasta llegar a la pared.

El tenía el traje mal acomodado, su corbata desatada y su mirada gris dilatada, deseando muchas cosas que probablemente yo también estoy deseando.

Mientras tanto yo solo estaba en pijama, en una de las pijamas verde menta de seda que Draco había comprado para mi.

Sus ojos recorrieron mi rostro, ladee mi cabeza mirándolo con curiosidad.

-¿Solo te vas a quedar viendo?.-Pregunte alzando mi mano para tomar su mentón y que sus ojos me miraran.

Draco sonrió coquetamente, pego su cuerpo al mío y su boca fue directo a mi cuello.

Me arqueé contra él jadeando al sentir la mordida en mi cuello, las manos de Draco bajaron rápidamente debajo de mis muslos.

Sus brazos me alzaron y mis piernas se enredaron en su cintura, se separó un poco de la pared para volverme a empotrar en ella tomando con más fuerza mi cuerpo.

Mis brazos se enredaron en su cuello, el se separó de mi cuello y sus labios inmediatamente atacaron los míos devorándolos con pasión.

Llegamos hasta la mesa, solo escuché como los platos eran tirados al suelo.

Para el siguiente movimiento ya estaba en la mesa con las piernas abiertas dobladas y con Draco entre estas.

Gemí complacido al sentir aquellos besos húmedos y succiones en mi cuello, Draco se separó con los labios entreabiertos jadeando.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora