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Draco Malfoy.

Un suspiro fue el que me despertó de mi sueño, entre mis brazos yacía Potter dormido tan profundamente que su boca cereza estaba ligeramente entreabierta.

Y pensar que esos mismos labios cereza pecaminosos besaron mis labios por voluntad propia.

Una rabia incontrolable creció en mi ser, lo aparte de mi de un empujón y me levanté, me metí al baño en donde pude apreciar mi amargado rostro. 

Harry Potter siempre pasando encima de mi, al igual que ese maldito Weasley.

No sé quién es más descarado, Potter o Weasley.

Gruñí como un verdadero animal.

Siempre, siempre va a preferir a ese imbécil sin dinero. Weasley es una mierda, una mierdita andante sin talento alguno.

Pero Harry imbécil Potter siempre va a babear por el.

Quería gritar, reclamarle a Harry que era mío, que desde que sus labios tocaron los míos el fue mío, MÍO SOLO MÍO.

¿Pero con qué derecho?.

Yo no soy perfecto como para decir que lo merezco, que merezco su amor y aun si lo fuera, no podría competir contra la amistad que ellos dos tienen, si, Harry me quiere, pero el lo ama.

Y un corazón como el de el no puede amar a un corazón como el mío, estaba ciego y esto me abrió los ojos, nunca debí que ilusionarme, es mi culpa, sabía mi lugar desde un inicio.

Me miré al espejo, mi rostro estaba tan fruncido que dolía. Enojado me metí a bañar, salí al vestidor sin mirar mucho la cama, tomé un conjunto elegante con mis zapatos bien lustrados.

Cuando me salí del vestidor Potter yacía despierto tallando sus ojos, sin poder mirarlo más salí sin responder el buenos días que me lanzo.

Me encaminé a mi oficina para encerrarme, no quería saber nada del idiota de Potter, abrí una botella de whisky fuego.

-¿Quién lo diría?, mi único futuro con Potter es convertirme en un amargado borracho.

Me empecé a reír como desquiciado, patee el escritorio.

-¿Por qué?... ¿Por qué Potter?... ¿Por qué él y no yo?.

Sollocé con fuerza, me pare y arroje todo lo que había sobre el escritorio.

-¿¡PORQUE MALDICIÓN PORQUE!?.

Mi magia explotó, me sentía tan enojado e impotente.

Se suponía que Harry me amaba, que era mío, mi esposo, el anillo que tenía en ese asqueroso dedo traicionero demostraba el compromiso que tenía conmigo, conmigo no con la mierdita andante.

Ay, pero qué estúpido, a veces últimamente se me olvidaba que todo empezó por mi estúpido pasado, por la estúpida marca de mierda a la cual odio con todo mi ser.

Me bebí casi todo el contenido de un trago largo, el estómago me ardió y la garganta se me quemo.

Miserable, así me sentía.

Después de tantos años de haberlo anhelado.

Cuanto quise tocar su cabello, comprobar que tan enredado estaba, desenredarlo con mis dedos en caricias suaves que le sacarán suspiros.

Una risa tonta escapó de mis labios, otra risa más fuerte le siguió terminando con una carcajada. 

Claro todo era tan obvio.

Ahora todo era tan claro, ellos han estado saliendo seguro desde primer año.

Mis piernas se doblaron, caí de rodillas.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora