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Draco Malfoy.

Me dirigí al vestidor en donde busque una nueva pijama para Harry limpia, al llegar el ya estaba devorándose sus galletas.

Sus mejillas aún estaba ligeramente rojas, me senté en la orilla de la cama y acaricié el dorso de su mano.

-Ponte la pijama, estar en bata de baño no es algo recomendable, menos estando en invierno.

Unos toquidos en la puerta nos interrumpieron. 

-¿Sí?.

-Señor amo Malfoy, el señor Zabini quiere verlo, se rehusó en marchase por más que le dije que no se encontraba disponible.

Sonreí en grande, mire a Harry con algo de ¿Ilusión?.

-Dile que si tanto ansía verme que espere.

Mi mirada se posó en un Harry cansado.

-Ve, no me molesta para nada, de todas maneras quiero descansar.

Negué suavemente con la cabeza rascando mi nuca.

-Verás, digamos que ha llegado tu tiempo para que marques territorio.

Harry alzó una ceja confundido.

-Zabini no viene precisamente a ver como va mi matrimonio, él viene por algo que solo tú puedes tener... ¿Entiendes?.

Harry negó.

-Antes teníamos encuentros pasionales, claro que siempre le deje en claro que jamás lo vería como algo más que un amigo.

Entonces la otra ceja de Harry acompañó a la que ya estaba alzada en una mirada sorprendida, pronto Harry se sonrojó hasta las orejas.

-D-Draco, yo realmente no quiero ir, menos sabiendo que... eh...

Harry empezó a mover sus dedos alrededor de la taza mientras balbuceaba.

-Harry, eres mi esposo y el debe que ver que no puede tener nada conmigo ya porque tú estás aquí conmigo.

-Draco, realmente va a ser incómodo, ¿Cómo puedo dejar en claro eso?, perdón, pero las mentiras no se me dan.

En serio que quería que Harry bajara, me agradaba demasiado la idea de que pusiera a Blaise en su lugar para que dejara de molestarme, pero...

Las mentiras no se le dan...

-Bien... tienes razón debes que descansar.

Entonces le tendí la pijama.

-¿Quieres que te ayude a ponerla?.

Harry negó con la cabeza, dejó la taza y el plato de galletas en la mesa de noche. Mi mirada se enfocó en los ventanales donde el reflejo de la habitación se veía, me sentí hipnotizado al ver como removía la bata del baño dejando ver su escultural cuerpo.

Observe su suave piel, mis ojos recorrieron su abdomen, la boca se me hizo agua casi al ver los huesos que sobresalen de su cadera, quería besarlos y morderlos.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora