•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°

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Harry Potter.

No le dije nada a Draco.

El se levantó de la cama y yo me volví a meter en ella.

Fue algo tan rápido que ni siquiera lo vi venir, la pequeña discusión y reconciliación.

Quería que fuera conmigo porque así no abría dudas para el y yo no tendría posibilidad de hablar con Ron.

Hermione es mi amiga, ella me invito personalmente y hace mucho que no nos vemos.

Pero el hecho de que mi relación con Ron haya sido secreta significaba que ni siquiera Hermione sabia de nosotros.

¿Por qué si Ron me amaba tanto no había querido hacer nada oficial?.

¿Qué tan malo tenía salir conmigo?, ¿En serio era por Ginny?.

Sé que Ron quiere mucho a Ginny, pero siento que Ginny era simplemente la excusa que usaba para mantener esto entre los dos.

No encontrar ningún otro motivo, es que literalmente no había nada como para escondernos.

En el mundo mágico no existe la homosexualidad como en el muggle, estar con un hombre siendo hombre era totalmente normal.

Un suave olor a colonia me llego, a mi lado estaba posado Draco.

-Ya me voy. -Anuncio.

Me levante de la cama poniéndome frente a el, mis labios se cerraron en una línea.

-Bien... Saldré a comprarle algún presente agradable a Hermione.

De inmediato un ápice de algo apareció en el mar gris de su mirada.

Una duda tal vez.

-Supongo que nos vemos en la cena.

Con eso corte el contacto de su mirada con la mía girándome para avanzar hacia el baño de lozas negras opacas.

Mi mano fue tomada con delicadeza haciéndome girar para ver a Draco.

Se veía bastante bien con aquella túnica de gala negra ceñida a su cuerpo esbelto.

Mientras que el es inteligente y elegante, tiene brazos de bailarina y piernas largas y esbeltas y yo soy pequeño, tengo el vientre más plano que una hoja de papel y mis piernas son todo lo contrario a las de el.

Mi mano fue llevada a sus labios, en sus ojos pude ver un brillo que nunca antes había visto en su mirada.

-Harry... Me gustas.

Parpadee aturdido sintiendo como mis mejillas se incendiaban y algo en mi estómago se retorcía.

¿Escuche acaso mal?.

-¿Q..Q-Qué?.-Titubee retrocediendo tropezándome con una de mis pantuflas.

Draco me tomo de los hombros para volverme a dar equilibrio.

Lo mire a los ojos sin saber qué decir, ¿Acaso estaba jugando?.

Temblé, sentí como las piernas se me querían doblar por la impresión.