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Harry Potter

Las pesadas puertas de roble se abrieron juntas al mismo tiempo, seguí a Draco de manera silenciosa.

Su madre lo recibió con un beso en la frente, la relación que yo llevaba con ella no era la mejor que digamos, igualmente intente no mostrarme tan incómodo.

Nada más entrar en la mansión hay un amplio vestíbulo, pobremente iluminado y suntuosamente decorado, con una gran alfombra que lo cubre en su mayoría. Hay retratos de antiguos miembros de la familia Malfoy, y todos parecen tener la mirada sobre mí.

-Tomaremos un traslador a Francia.

Murmuró Malfoy mientras avanzaba a no sé donde, lo seguí de cerca y entonces el tomó mi mano sin importarle si yo quería.

-Suerte.

Dijo la madre de Malfoy para ambos, aunque creo que más para mí que para él, entonces sentí el brinco y la sacudida, los dos aparecimos en la sala de un lugar menos oscuro y lúgubre.

Apenas solté su mano sentí un motón de frío, mis ojos se enfocaron en los grandes ventanales negros.

Había nieve cayendo de ellos, empecé a frotar mis manos. Mire mis zapatos relucientes negros. ¿Qué estará haciendo Ron?.

-¿Están bien tus zapatos Potter?, ¿Crees poderlos dejarlos para ir a dormir?.

Preguntó Malfoy con burla, y así es como empieza el verdadero infierno al que "Voluntariamente" me metí.

No dije nada hasta estar seguro de que no le iba a partir una silla en su cabeza, finalmente subí mi mirada encontrándome con la mirada plata cansada.

-¿Dónde dormiré?.-Pregunté conteniendo las ganas de mandarlo desde ahorita al diablo.

-Potter, ¿Si sabes lo que es estar casados?, ¿Dónde crees que estará tu recámara?, ¿En la casa de al lado?.-Dijo Malfoy con obviedad y tuve que contener las ganas de rodar los ojos, vaya sorpresa que tenga que dormir con el.

-Intenta no envenenarme o estrangularme mientras duermo.-Dije mientras mi mirada recorría la mansión seria y oscura que no podía ver como una casa. No al menos por el momento.

-Bien, iré a acostarme un rato.-Dije mientras me daba la vuelta y oh mierda la mansión se ve que es grande. Me voy a perder.

Fastidiado me di la vuelta de nuevo encarando a Malfoy.

-¿Dónde está la habitación?.

-Tenía esperanzas de poder tomarme un whisky de fuego antes de ponernos a nuestras obligaciones maritales, pero veo que tienes prisa

-Disculpa Malfoy, después puedes tomar y embriagarte todo lo que tú quieras.-Hable mientras avanzaba a las escaleras esperando a que el me guiara. Ambos empezamos a avanzar en silencio.

Mire el pasillo oscuro, el tapiz era de un rojo vino, al menos no está lleno de verde como Malfoy Manor.

Entramos a una habitación que contaba con una puerta doble. Dentro estaba la cama con unas cortinas verde profundo y en el gran ventanal uno podía tomar asiento o acostarse, había unos cuantos cojines posados en esta.

La mirada de la habitación daba al horizonte cubierto de nieve, era una vista muy bonita, al terminar el gran ventanal había un sillón negro mate y una mesa circular negra brillante ahí con una botella de vino que fue abierta por Draco.

Sirvió una copa y me la ofreció, negué con la cabeza y él se encogió de hombros, tomó un trago antes de hablar.

-Este será nuestro dormitorio en la recámara está prohibido introducir alimentos a menos que sea con fines sensuales. Y hay una habitación anexa detrás del tapiz verde, y que si quieres estar ahí la limpias tú, el elfo doméstico no se tiene que enterar de que existe, eso quiere decir que tienes que estar en mi cama cada mañana. Así que si entiendes eso, pues salud.- Murmuro Malfoy de mala gana mientras alzaba la copa y se tomaba todo el contenido de golpe.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora