☽•10°☾

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Harry Potter.

Después de aquel desayuno, baje rápidamente por los viales de Draco, ya había leído la receta y decía que sería un vial después de cada comida.

Entre nuevamente a la habitación, Draco no se encontraba en la cama.

-¿Draco?.-Llame dejando los viales que me traje para que no estuviera bajando por ellos.

La caja negra con los 14 frascos que me subí la coloque en la mesa de noche de Draco.

La puerta del baño estaba entreabierta, camine rápidamente hacia ella y al llegar no tarde ni un segundo más en abrirla por completo, dejando ver a Draco sentado en el suelo temblando.

Su mirada gris triste se clavó en mis ojos con un deje de vergüenza.

-Solo quería tomar una ducha.-Susurro Draco bajando la mirada.

Camine hasta él y me puse de rodillas frente a él.

-Bueno, puedo ayudarte con eso.-Le dije tendiéndole la mano.

Draco se quedó mirando mi mano mucho tiempo hasta que finalmente tomó mi mano y hecho su cabeza hacia atrás soltando un par de lágrimas.

-N-no puedo más Harry...-Un sollozo salió de su boca.-Me arde todo, incluso respirar...

En vez de dejarme ayudarle a pararse, él me jalo para tumbarme a su lado.

No lo deje que me tirara, solté su mano y avance aún de rodillas hasta quedar frente a él para abrazarlo con fuerza.

Besé sus cabellos rubios y cerré los ojos con fuerza oyendo como mi corazón retumbaba en mi pecho.

-No te rindas... Te juro que encontraré una forma de hacer todo llevadero... encontraré una cura yo...

El giratiempos de Hermione.

-Solo aguanta...

Un sollozo doloroso salió de los labios de Draco.

-N-no p-puedo.-Titubeo.-Duele, duele saber que me estoy convirtiendo en un inválido...

Merlín mío, dame fuerza.

-Además... ¿Para qué he de quedarme si tú serías más feliz con alguien más?.-Susurro Draco.

Abrí los ojos encontrándome con su mirada lagrimosa.

Sin previo aviso, tome a Draco de las rodillas y del cuello cargando como princesa.

Lo llevé hasta la cama y lo deje ahí, acaricie sus labios con mi pulgar.

-A veces pienso que eres un idiota sin remedio.-Susurre subiéndome a la cama.

Bien, para este día yo quería despertarlo con su desayuno e ir a tocar algo en el piano, después bajar a hacer la comida y posteriormente nos sentiríamos a terminar el árbol de navidad.

Hasta el último le diría que se tomará un largo baño en el agua caliente mientras yo hacía la cena.

Iba a hacer cordero en salsa mora, iba a poner la mesa y subiría a preguntarle que vino, se le antojaba tomar.

Lo vestiría con un pijama fácil de quitar, cenaremos y me tomaría la mendiga poción esa sin que él supiera, ya que le diría que estaba embarazado hasta que no pudiera ocultarlo más.

En pocas palabras iba a ser un día romántico que iba a terminar en que él me hiciera un bebé.

Y esto no estaba saliendo como planee.

•°100 𝑅𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝐴𝑏𝑟𝑖𝑟 𝐿𝑜𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora