28 "La anatomía de Noah"

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Entro a la cafetería, haciendo que suene la pequeña campana que está sobre la puerta

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Entro a la cafetería, haciendo que suene la pequeña campana que está sobre la puerta. Busco a Trevor con la mirada hasta que lo encuentro sentado en una de las mesas, vestido con una camisa de cuadros color mostaza y verde, desabotonada, y una franela blanca por dentro, junto con unos Jeans negros, ropa muy característica de él. Cuando llego a su lado, me invita a sentarme.

—Hola, Ali —saluda tímidamente.

—Hola.

Nos limitamos solo a saludarnos, por mi parte solo por cortesía, y antes de que él pueda decir cualquier otra cosa, una camarera llega para tomarnos la orden.

—Un café y... —me mira para que haga mi pedido.

—Una malteada de vainilla, por favor —pido.

—Enseguida —dice la camarera, y se retira.

—Entonces... ¿Para qué querías hablar conmigo?

—¿Cómo que "para qué"? —pregunta incrédulo —Ambos sabemos muy bien porqué. Mira, lamento que hayas tenido que enterarte así, pero ya no me sentía bien contigo, y cuando conocí a Omar, todo cambió en mi vida, me sentí mejor y me enamoré de él —cuenta con una sonrisa.

—¿Omar? —pregunto, frunciendo el ceño.

—Si, Omar, el chico que viste en el baño... aquel... día —su tono de voz se apaga a medida que sus palabras van avanzando.

—Bueno, la verdad no lo ví muy bien porque tu boca se estaba tragando su cara. —me cruzo de brazos —Pero ya lo había visto antes, en el cine y en el parque contigo.

—Aquí tienen. Buen provecho —dice la mesera, entregándonos nuestros pedidos.

—Gracias —decimos Trevor y yo al mismo tiempo.

—Trevor, no me molesta que hayas estado con otra persona, bueno, un poco si, pero ya yo no sentía nada por tí tampoco, así que... —confieso, tomando de mi malteada —Lo que no entiendo es porque no me contaste.

—Supongo que por vergüenza, no por ser gay, eso no me avergüenza, sino más bien por como te lo decía. ¿Llegaría un día y te diría, "Hey, Ali ¿sabes? Te estoy siendo infiel, con un hombre"? Eso suena fatal —ambos reímos.

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