¿No les ha pasado que sienten que su vida es una total mierda y quieren que todo y todos se vayan al infierno?
A mí, si.
En realidad, no me pasa muy seguido, solo cuando algo me agobia. Cualquier cosa me molesta, todo me irrita, hasta el más mínimo mosquito que pase cerca de mi oído es un tormento para mí.
Algunos le llaman "inmadurez", otros le llaman "estrés", yo le llamo "ganas de morir" y mi mamá le llama "pareces una chica con menstruación".
En este momento, mi querido amigo Luther —nótese el sarcasmo—, me está tratando de convencer, sin éxito, para que vayamos a una fiesta a la que lo había invitado Olivia, persona que no sé quién rayos es, pero estoy seguro de que es una de sus "conquistas".
—Vamos, bro, llevas días aquí encerrado.
—Corrección; salí el lunes con Silvia. —mi amigo abre la boca, sorprendido —No de esa manera, es solo mi amiga de la infancia —aclaro.
—Cómo digas —rueda los ojos —¡Vamos! ¿Desde cuándo Noah Cox se niega a ir a una fiesta? —alza una ceja al mismo tiempo que cruza los brazos sobre su pecho.
Frunzo el ceño.
—Desde siempre. —digo obvio.
Nunca he sido un chico de fiestas, si me gustan, pero no voy muy seguido, tal vez una o dos al mes.
—Deja de insistir, no vas a lograr nada. No iré —me tapo hasta arriba con las sábanas para "tratar de dormir", cosa que obviamente es imposible por el golpe que el pelinegro me proporciona en el brazo.
—Bien, cómo quieras. Me voy. —se rinde luego de algunos minutos. Cuando está a punto de salir, le llega un mensaje —Bueno, al final no hace falta que vengas, vendrá Ali conmigo.
Mi corazón se acelera al escuchar su nombre.
No la veo desde que fui al hospital hace unos días, pero para mí es una eternidad.
A pesar del daño que me ha hecho todo esto que ha pasado con ella, igual no puedo evitar querer verla, hablarle y estar con ella.
Si ella va a esa fiesta, yo también, pero claro, no puedo ser tan evidente frente a Luther.
—Bueno, al menos no te quedarás solo —bromeo, desarropándome y viéndolo abrir la puerta.
Me muestra su dedo medio y se va.
Ahora debo idear una excusa para decirle que si iré a la fiesta sin que sospeche que iré por Ali.
Pasaron algunas horas en las que solo estuve viendo mi teléfono y comiendo frituras, en eso se había basado toda mi semana. Pero, ya había ideado la excusa perfecta para poder ir a la fiesta sin levantar sospechas de mi repentino cambio de decisión.
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Ya me había terminado de arreglar, había optado por un pantalón negro y una camisa blanca con dos rayas azules en medio. Antes de salir, me echo colonia.
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Irresistible Tentación
Teen Fiction-Es lo mejor que me han regalado. Muchas gracias -digo, abrazándolo, mis ojos se habían llenado de lágrimas. Nos separamos y quedamos muy cerca. Él no pierde tiempo y me besa. De nuevo está sucediendo, esas cosquillas en el estómago están ahí, esa s...