Huracán.
Esa sería la palabra que diría si me preguntaran como ha sido mi vida los últimos cuatro meses.
Primero estoy con el hermano de mi mejor amiga —el cual es mayor que yo— a escondidas de ella, luego quedo embarazada de él, sufro un aborto, él y yo formalizamos nuestra relación, él enloquece porque descubre que su hermana estuvo con su mejor amigo y yo tengo que tranquilizarlo cada cinco minutos, y por último me raspo las rodillas.
Eso suena como el tráiler de una película la cual sin duda vería.
Acerca de mis rodillas, fue por un niño que ni siquiera conozco; yo estaba en el parque y ese niño estaba ahí jugando con una pelota. La pelota se le fue para la calle y para que no fuera a buscarla porque lo podían atropellar, fui yo, la tomé y cuando se la iba a dar no ví una piedra que estaba en mi camino y me tropecé, por lo que me caí y raspé mis rodillas.
¡Justo cuando ya va a ser mi graduación! No me veré bien en vestido si tengo las rodillas así.
Ahora me encuentro camino a mi casa porque necesito curarme las heridas, las cuales a decir verdad son bastante grandes. Hilos de sangre caen de mi rodilla, por mi pierna, hasta ocultarse por mis zapatos.
Arde.
Las personas que pasan a mi lado se me quedan viendo con lástima, mirada la cual odio, me hace sentir inferior, como si fuera un pobre perrito de la calle.
Luego de una caminata que me pareció eterna, llego a mi casa, mi mamá me recibe e inmediatamente nota las raspaduras en mis rodillas, por lo que se alarma y va corriendo a buscar algo para curarme.
—Ven, siéntate —ordena ella, señalando la silla del comedor.
Yo niego, a lo que ella hace una mueca de confusión.
—Yo lo hago, en mi habitación —me acerco a ella para tomar lo que había traído.
—¿Segura? —inquiere, a lo que yo asiento.
Luego de que me entrega algunas gasas y agua oxigenada en una bolsa, subo a mi habitación y entro, encontrándome con mi novio durmiendo, como siempre.
Si, Luther está aquí, está aquí desde hace más de una semana, no quiere ir a su casa porque no quiere cruzarse con Alison, está muy molesto con ella. Yo le expliqué la situación por la que está pasando ella, él se preocupó y cada día me pregunta por ella, pero su orgullo es más grande y no cede a hablarle.
Me acerco a él y me siento a su lado, provocando que se despierte y me de una dulce sonrisa que me derrite. Su cabello negro está revuelto en su cabeza, está sin camisa por lo que puedo apreciar su fornida espalda ya que está boca abajo, sus lindos ojos negros me miran atentamente y su mano toma la mía.
Dios, estoy tan enamorada de este hombre.
—Buenos días —saluda él con la voz ronca.
—¿Buenos días? Son las dos de la tarde —digo, riendo.
ESTÁS LEYENDO
Irresistible Tentación
Teen Fiction-Es lo mejor que me han regalado. Muchas gracias -digo, abrazándolo, mis ojos se habían llenado de lágrimas. Nos separamos y quedamos muy cerca. Él no pierde tiempo y me besa. De nuevo está sucediendo, esas cosquillas en el estómago están ahí, esa s...