8 "Confío en ti"

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Agua.

Si no tomo ese líquido transparente ahora mismo, moriré. Me apresuro a tomar mi botella de agua y a beberla desesperadamente, hasta que me detengo por falta de aire.

Noah me dijo que descargara todos mis problemas y preocupaciones en el baile, y así lo hice, fue muy liberador. Pero ahora estoy sin aire.

—Wow, si que tienes estrés —dice Noah, sorprendido por mi baile.

—Si bueno, las Matemáticas no son lo mío y tengo un exámen el viernes, —es miércoles —así que, estoy preocupada por cómo me vaya —cuento, apenas pudiendo controlar mi respiración.

—¡Oh! Las Matemáticas son algo que se me da bien, sin presumir, pero en la universidad saqué sobresaliente en esa materia. —dice, a lo que yo puse los ojos en blanco, riendo —Podría enseñarte, claro, si tú quieres.

—Vaya, que gran oferta. —digo, exagerando —¿Qué Noah me quiera enseñar?, así de aburrido debes estar —alzo una ceja.

—¿Aburrido? Claro que no, solo quiero... ayudarte, es todo —dice, mirando a otro lado.

—Está bien, dime cuándo puedes.

—¿Qué te parece hoy en la tarde? Y mañana lo repasamos. Solo si quieres, claro —propone, mirándome a los ojos.

—Si, está bien, ¿ya nos vamos? —pregunto, tomando mi bolso y colgándomelo en el hombro.

—Eh, no tan rápido, señorita. —dice Noah quitándome el bolso del hombro y dejándolo en el piso de nuevo —Ahora bailaremos los dos, juntos.

—¿Qué? —hago una cara de confusión —Es decir, está bien. Pero no tenemos coreografía —digo como si fuera lo más obvio del mundo.

—Podemos hacer una —dice entusiasmado, comenzando a caminar en dirección contraria a dónde yo estaba —...quiero saber que se siente bailar contigo... —susurra más para si mismo, pero lo escucho.

Quiere bailar conmigo.

Quiero bailar con él.

—Bien, ven aquí. —ordena, haciendo una seña con la mano para que fuera, y eso hice —El primer paso es sencillo, solo tienes que levantar el brazo sobre tu cabeza y llevar tu pierna hasta él —me explica Noah.

—Ok, entiendo.

Pasamos alrededor de 30 minutos practicando los pasos, algunos eran básicos pero otros requerían más concentración, cómo las piruetas, pero nada que no pudiera.

—Bien, el siguiente paso es uno de los últimos, es algo complicado no sé si alguna vez lo has hecho. Se llama el helicóptero.

Oh, no, ese paso nunca me ha salido, siempre me caigo junto a la persona que me carga.

—Si lo he intentado y no me sale, siempre termina mal.

—Tal vez deberías intentarlo conmigo, yo no te dejaré caer, lo prometo —dice, dándome una sonrisa de lo más tierna y extendiendo su mano hacia mí.

—Espero no romperme un brazo o algo parecido.

—Claro que no, confía en mí.

"Confía en mi" palabras tan simples de decir pero que tienen tanto significado.

Una persona no confía en cualquiera y mucho menos un hombre, no es por ser feminista ni nada, es solo que es la verdad, no sabes en que momento te puedes topar con un sádico o simplemente cuándo te pueden romper el corazón.

Pero, algo en mí, me dice que tengo que confiar en él, que puedo confiar en él. Lo miro directo a los ojos, esos ojos que me dicen tanto sobre sus sentimientos pero a la vez no me dicen nada sobre él.

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