24 "Yo quiero lo mismo"

213 19 1
                                    

Me quedo paralizada, cuando él comienza a llamarme reacciono, doy media vuelta y, no sé cómo ya que estoy demasiado borracha, pero salgo disparada de ahí.

—¡Ali! ¡Hey, Alison! —grita Trevor, siguiéndome.

Me detengo, provocando que choque con mi espalda, ya que estaba muy cerca de mí.

Me giro, mareándome, cosa que ignoro. Lo miro a los ojos.

—Trevor, escúchame, no tienes que explicarme nada, ¿si? Hablamos luego. Buenas noches.

Palmeo su hombro y me volteo para seguir con mi camino a quien sabe dónde.

Estoy muy borracha, veo todo muy borroso, arrastro mis pies debido a que me pesan mucho, entrelazo mis brazos a mi cuerpo para hacer algo de calor en este frío aire.

—¿Hablamos luego? ¿Buenas noches? ¿No tienes que explicarme nada? Ay, Dios, el alcohol es muy bueno para mentir. —me digo a mí misma, recordando las palabras que le había dicho a Trevor —¿Dónde estoy? —paro de caminar y miro hacia el gran semáforo el cual marca rojo, a pesar de que no hay ni un auto.

Casi no puedo caminar, así que me quedo sentada en el césped de una casa lejos de la fiesta, a pesar de mi estado, había caminado bastante.

Este lugar es muy cómodo y aprovechando que estoy sola me dispongo a pensar.

¿Cuánto tiempo tiene Trevor con ese chico?

¿Es gay? ¿Es bisexual?

¿Cuándo descubrió que no es heterosexual?

¿Por qué no me lo dijo?

¿Por qué no terminó conmigo?

Pero, ahora que lo pienso, todo tiene sentido: él nunca se ponía celoso, y si, sé que hay chicos que son tranquilos en ese sentido, pero literalmente me coqueteaban frente a él y él no movía ni un pelo. Pasamos dos años sin hacer nada, en el sentido "íntimo" y a él nunca le importó. Era virgen desde antes de conocerme, cosa que es rara en un chico tan lindo.

Realmente, no sé cómo sentirme al respecto, tengo muchos sentimientos encontrados. Siento mucha incredulidad ya que yo jamás me imaginé que el me estuviera engañando, y menos con un chico. Siento rabia de tener rabia, sé que es raro, pero siento rabia porque me haya engañado y siento rabia de sentir rabia porque no debería tener rabia ya que yo también lo engañé.

¿Tiene sentido eso?

También siento tristeza, porque siento que si él no me contó eso, la confianza que pensé que teníamos, no está, no existe, y tal vez nunca existió.

—Ay, no —chillo cuando mis ojos arden y las lágrimas comienzan a salir.

¿Por qué no solo me lo dijo?

Esa y otras miles de cosas llegan a mi cabeza, haciéndome pensar y pensar, mareándome.

De un momento a otro, me siento extremadamente mal, seguidamente un ardor recorre mi garganta para luego expulsar toda la comida y el alcohol que había ingerido hace algunas horas sobre el césped perfectamente cortado de quién-sabe-quien.

—No te ves muy bien. —una voz gruesa habla a mis espaldas —¿Te ayudo? —no puedo voltear a ver quién me habla debido a que sigo vomitando —¿Qué haces sola a estas horas, mocosa?

Reconozco su voz.

—¿Sabes que hay muchos locos sueltos por la calle, verdad? —sostiene mi cabello en una cola desordenada para no llenarlo de mi vómito, me quita la liga que tengo en mi muñeca y me ata el cabello con ella en una cola de caballo alta.

Irresistible Tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora