C.12 [Parte III]

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Capítulo 12. [Parte III]

Mis amigas se quedan conmigo una hora más. Cuando se han ido, subo a mi habitación a darme un baño. El baño dura más de lo planeado, ya que me he quedado dormida. El ruido que me despertó proviene de mi cuarto. Palidezco. Me pongo nerviosa, ¿quién será?

Entonces, la puerta del baño se abre y mis ojos divisan y reconocen unos rizos que se asoman, y después unos ojos esmeraldas que me miran a la espera de una palabra. Harry.

-¿Qué haces aquí? –pregunto, sorprendida.

Entonces me doy cuenta de mi estado. Estoy desnuda, y él me está viendo. Intento cubrirme con algo, pero estoy en la bañera y nada me podría cubrir más que el agua. Para mi mala suerte, el agua es transparente.

-Lo siento, quise venir a decirte buenos días pero al llamar a la puerta no me has abierto. –dice- Entré por la ventana. –dice, adentrándose más al cuarto.

-¡No, sal! Estoy desnuda, Harry…por favor. –pido, sonrojadísima.

-No es la primera vez que te veo así, ______________. –dice, sonriéndome coquetamente- Deja la vergüenza. –dice, sentándose en la esquina de la bañera.

Su mirada me analiza. Su mirada me calienta y entonces tapo mi rostro con mis manos. Digo, con la voz temblorosa:

-¿M-me ayudas a salir de aquí? –pregunto- Hay una toalla allí. –señalo al lugar en donde se encuentra la toalla.

Él, con una sonrisa en su rostro, se acerca al lugar que le he indicado y me pasa la toalla. Cuando nos encontramos en mi habitación le agradezco, me siento en la cama y espero. Espero a que él se retire del cuarto, pero no lo hace. Me mira con expectación mientras sus dos manos están dentro de su bolsillo.

-N-necesito vestirme. –apenas digo, él me mira y se encoge de hombros.

-Hazlo, entonces. –responde, yo lo miro- ¿Qué? –pregunta riéndose.

-Necesito privacidad. –respondo, sonrojada, él se ríe.

-Estoy aquí, es de mala educación echar a tus invitados. –responde.

-Yo no te he invitado, tú has venido por cuenta propia. –respondo, una sonrisa de complicidad se planta en sus labios.

-Mejor, es de malísima educación echar a las personas que han venido a tu morada por cuenta propia. –dice, acercándose a mí.

Es un descarado. Se tira sobre mi cama y coloca ambos brazos detrás de su cabeza. Entonces, con toda patanería y coquetería dice:

-Vamos, vístete. –dice, yo viro los ojos y camino con ayuda de mis muletas hacia el ropero.

Saco mi ropa interior, mi sujetador, una camiseta que me queda holgada y unos pantalones cortos. Miro de reojo a Harry y veo que éste me mira, a la espera que la toalla caiga al suelo. Sin más que hacer, dejo la toalla caer. Su mirada me penetra, la puedo sentir. Con toda rapidez intento ponerme mi ropa interior primero. Es todo un desafío, mi rodilla no me deja. Sólo logro ponerme mi sostén. Harry, al ver mi pelea, se levanta de la cama.

-Ven, yo te ayudo.

Entonces, como si de un bebé se tratara, pone mi ropa interior a la altura de mis tobillos, esperando a que con esfuerzo ponga mis piernas sobre los agujeros. Así hago. Segundos después puedo sentir sus manos chocar contra mis piernas y muslos al subir la ropa interior. Una sonrisa ganadora está en su rostro. Le ha gustado. Más le gusta verme en ese estado. Me ayuda a ponerme el pantalón. Un silbido se le escapa de los labios al ver mi trasero. Yo sonrío, sonrojada.

-Definitivamente deberías agradecerle al fútbol los atributos que te da. –responde, mordiéndose el labio inferior.

-Cállate, Harry. –digo, riendo nerviosamente.

Cuando termina de ponerme la camiseta holgada suspiro. La tortura se ha acabado, para mi suerte. Él vuelve a la cama. Pero esta vez no se acuesta, se sienta. Ya no hay rastro de diversión en su rostro. Es más, ha palidecido. No sé por qué. Entonces dice, con la voz entrecortada.

-¿Podemos hablar…d-de nosotros?

Su cambio de humor me sorprende. 

"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora