C.6 [Parte III]

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Capítulo seis. [Parte III]

Han pasado ya 3 semanas desde…desde aquel maravilloso día que tuvimos Harry y yo. Es increíble saber que nuestra amistad se ha fortalecido más gracias a ese suceso, y aunque yo quiera más pienso que jamás llegará el día.

Hoy es martes y tengo mi primer juego con el equipo de la ciudad. Debo admitir que me siento nerviosa, pero debo dar mi todo para poder llevar el partido a cabo.

Tanisha y Sasha estaban sentadas ya en las gradas del estadio de nuestra ciudad, con algunas pancartas para incentivar al equipo. Pensé que vendrían pocas personas, pero me equivoqué rotundamente. Casi toda la ciudad estaba en el estadio, faltaban menos de 200 personas para que se llenara totalmente y eso aumentó mis nervios a un cien por ciento. Estábamos en los baños privados escuchando a la entrenadora que nos daban mensajes de motivación y lo que esperaba del equipo.

-¡Quiero que ganen, señoritas! ¡Quiero que enseñen de qué están hechas las jovencitas de esta ciudad! ¿Entienden? Estamos en casa y perder no es la primera opción. ¡Ya tenemos la alineación! ¿Quiénes están listas para ganar?

-¡Nosotras!

 -¿Quiénes están listas para perder?

 -¡Ellas!

 -Eso es lo que quería escuchar, hagamos un círculo. –todas nos pusimos en un circulo y gritamos el nombre de nuestra ciudad.

 El área se empezó a tensar, por lo menos para mí. Mis nervios eran notables. Cuando todas las chicas salieron la entrenadora me detuvo.

 -Necesito hablar contigo, Windhouse. –llamó.

-Dígame, entrenadora. –dije mirándola.

-Te noto tensa. ¿Estás bien?

 -Siendo sincera profesora, no me siento conforme.

-¿Pero por qué? –calló- ________, eres una de las más talentosas del equipo, ¿entiendes? Tienes que creer en ti misma, porque si no crees entonces no llegarás a nada, ¿vale? Confío en ti, solo falta que tú confíes en ti misma.

 -Lo haré, entrenadora, no se preocupe.

 -¡Esa es la actitud que quiero ver, Windhouse! Ahora ve afuera y enséñale a todos de qué está hecho el L.A Galaxy femenino.

 Yo sonreí, aunque aun seguía desconforme conmigo misma. Salí y alcancé al equipo dando los últimos pasos a la salida. Cuando la alineación completa salió los aplausos y los gritos se hicieron presentes. Un par de personas empezaron a cantar con un ritmo contagioso. Miré hacia donde estaban mis amigas y ellas me sonrieron y tiraron besos por el aire. Miré a la derecha de Sasha y ahí estaba él, vestido con la camisa del equipo, se levantó, dio la vuelta y su camisa decía “Windhouse” atrás, lo cuál me pareció un hermoso detalle, él me lanzó un beso.

 El juego había comenzado y las del equipo contrario empezaron controlando el juego, haciendo pasos largos y cortos pero con precisión y determinación. Yo empezaba a caer en cuenta de lo que estaba sucediendo. Empecé a despertar y empecé a reaccionar. En un mal pase de una medio-campista del equipo contrario robé el balón y corrí con todas las fuerzas posibles. Empecé a jugar con el balón, divirtiéndome un rato. Miré a mi izquierda y Donovan estaba allí, miré a mi derecha y Anderson también estaba. Pasé el balón a Donovan, la cual avanzó más y le hizo un sombrerito a una defensa del equipo. Con un grandísimo pase a Anderson llegó el primer gol para nuestro equipo.

En las gradas se escuchó un sonido ensordecedor, unos gritos espeluznantes pero a la vez emocionantes. La entrenadora saltaba de felicidad con los ayudantes y las jugadoras de nuestro equipo corrieron a felicitar a Anderson, esa noche sería especial.

 2-2, minuto 75 del segundo tiempo y el área se puso cada vez más y más tensa. ¿Empatar el juego en casa? Malísima idea, la idea era ganar, ganar, ganar y ganas, nada más que ganar. Yo estaba cansada, no podía más, pero mi subconsciente me decía que debía continuar, que no debía detenerme que debía seguir. El equipo contrario se veía más decidido a ganar el partido, más pases determinativos en la cancha de juego. Cerré los ojos fuertemente y luego los abrí, respiré aire fresco y le robé el balón a una medio-campista con mal control de éste. Seguí con mi jugada, no aparté mi vista del balón hasta llegar más cerca de la portería. La portera venía, quería quitarme el balón pero yo no se lo permitiría, había hecho el grandísimo trabajo de dejar a las defensas atrás como para que ella venga a querer pararme el bendito balón. Golpee el balón, causándole el efecto de alzarse sobre las manos de la portera, formando el mejor gol –para mí- de la noche. El mismo ruido ensordecedor se hizo presente, los mismos gritos, más gritos y más voces. Todas las jugadoras vinieron contra mí, había metido el último gol de la noche, el gol de la victoria, definitivamente el gol de la victoria. El árbitro hizo sonar el pito y el partido llegó a su final, las gradas saltaban y gritaban con mucha emoción, ¡L.A Galaxy femenino ganó el partido! Las de nuestro equipo empezaron a saltar por toda la cancha cantando canciones al azar, demostrando lo felices que estaban. Miré para las gradas y Sasha y Tanisha saltaban junto con Harry celebrando la maravillosa victoria. ¡La mejor noche de mi vida! 

"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora