C.7 [Parte II]

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Capítulo siete. [Parte II]

Desperté por el estruendoso sonido de una puerta cerrándose. Papá, pensé. Quizás estaba enojado por algo o por alguien, no importaba de todos modos. Para estar segura de su ida miré por la ventana. Sí. Se había ido y ni siquiera había preguntado por cómo había quedado. No me importó. A veces mi padre quedaba en esos humores muy extraños. Entré en el baño y me di una larga ducha. Al salir del baño miré el reloj de pared. Eran las 11:30 de la mañana. Guau, cuánto tiempo he dormido. Empecé a buscar algo cómodo que ponerme. Harry vendría y quería verme presentable pero lucir cómoda. Sí, lo sé. Solo viene a jugar un poco, pero ya saben…nadie sabe. Extrañamente la ducha de la noche anterior y esta me dejaron como nueva. Siempre solía con tener dolores de piernas después de un partido o un entrenamiento, pero hoy extrañamente me sentía bien, libre, ganadora. Opté por ponerme un camisa holgada blanca y unos pantalones holgados gris. Sí, cómodo pero tendría que admitir que lucía dulce. Los pantalones le pertenecieron algún día a mi padre. Sí, soy tonta. Me amarré el cabello con una cola de caballo y me lavé los dientes. Bajé las escaleras en dirección a la cocina y me preparé un cereal. Un desayuno rápido. Cuando subí a mi habitación un sonido extraño me asustó. Miré de reojo y era Harry saltando sobre mi cama mientras reía como un niño pequeño. Entré riendo ya que su sonrisa era muy contagiosa.

 -¿Qué estás haciendo? –pregunté, retóricamente.

 -Pues…saltando. –dijo.

 -Fue retórica… -respondí.

 -¿Qué? –preguntó, parando de saltar y sentándose en el borde de la cama.

 -La pregunta. La pregunta fue retórica. –dije, sentándome alado de él.

 -Oh, lo sé. Discúlpame. –respondió pasando su brazo alrededor de mi hombro- Te tengo una sorpresa.

 -¿Ah, sí? A ver. –pedí casi en suplica pero él negó con la cabeza repetidas veces.

 -¿Qué parte de “sorpresa” no entiendes niña linda?

 -La parte en la que no me la quieres mostrar. –dije.

 -Venga, te la mostraré luego. –respondió.

 Vi como se levantaba de la cama e iba hacia el balcón en donde tenía su maleta.

 -Tú y tus costumbres de entrar por la ventana. –dije riendo.

 -Pienso que es más emocionante, ya te lo he dicho. –sonrió y lo imité.

 De aquel bolso sacó un juego de mesas. Miré su nombre: “HedBanz”. Nunca lo había jugado, en mi vida.

 -¿Jugaremos eso? –pregunté.

 -Claro, ¿lo has jugado? –preguntó.

 -No, nunca. –dije.

 Ambos entramos a mi habitación y nos pusimos a jugar aquel juego. Debo admitir, era  muy divertido.

 -¿Soy un balón de fútbol? –preguntó Harry.

 -No. –dije, muriéndome de risa.

 -¿Soy una banana? –preguntó.

 -¡Sí, por fin! –exclamé.

 -Amarilla y grande, ¿cómo no lo supe?

 -Eres un pervertido, ¿lo sabías?

 -Ahora lo sé. –dijo.

Se fue acercando a mí peligrosamente y vaya que amaba esa cercanía. Hacía mucho que no se me acercaba así y debo admitir que lo extrañaba. Sus labios rozaron los míos y me estremecí. Mis manos viajaron a través de su camiseta blanca, la cual fui halando para acercarlo más a mí y unir nuestros labios. 

"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora