C.14 [Parte II]

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Cuando Tanisha y Sasha quieren algo, lo tienen que conseguir. Sí o sí.

Han pasado dos semanas desde aquel día y ahora me encuentro sentada mientras veo cómo mis dos amigas discuten entre ellas sobre algún tema que en realidad desconozco. Creo que hablan de ropa y accesorios, en realidad no lo sé. Mis pensamientos están demasiados inmersos en mi novio Harry y en lo mucho que le amo. No puedo creer que hemos podido llevar lo nuestro acabo. Después de tantos meses lo hemos logrado, y eso es flipante.

-¡No lo creo! Me parece que el vestido morado es mejor. –dice Sasha. Tanisha niega con la cabeza exageradamente.

-¡Estás demente! ¡Es una fiesta en la noche! ¿Cómo vas a ir en un vestido morado? –pregunta Tanisha, luego me mira- _______________, dile por favor a Sasha que está equivocada.

-Yo no sé nada, ustedes arreglen solas sus asuntos. –digo, alzando los brazos.

Siguen discutiendo y yo sigo pensando en todo lo que ha pasado. Harry y yo estamos juntos finalmente.

Luego de esa noche en la que nosotros, bueno…ustedes saben,  hemos estado saliendo y pasándola bien como pareja. Estamos saliendo mucho últimamente. Supongo que es así cómo se siente tener novio.

Luego recuerdo lo poco que falta para dejar de usar mis muletas. En menos de un mes y ya mi rodilla estará perfecta y sobre todo y más importante, ¡podré volver a jugar fútbol! El hecho de estar de vuelta en la cancha es excelente, me emociona y me llena de un gozo y una tranquilidad increíble.

En menos de unas semanas volveré a hacer lo que más me gusta.

Recibo un mensaje de texto de mi padre, pidiéndome que vaya a casa. Me parece extraño, él nunca hace estas cosas. Pero, obedeciéndole ya que soy su hija, lo hago. Me despido de Sasha y Tanisha, las cuáles extrañamente creo que me hayan escuchado. Salgo de la casa de Tanisha y cojo un taxi que me lleve a mi casa.

Al llegar abro la puerta principal mientras grito “¡Papá!”, avisándole que ya estoy aquí. Él me dice “¡Estoy en el garaje!”, así que para allá me dirijo. Al llegar lo veo arreglar unas cuántas cosas de su auto.

-¿Qué pasa papá? –pregunto, él me mira y sonríe.

-Tengo buenas noticias. –dice, yo lo miro a la expectativa- ¿Sabes quién es Josué? –pregunta, yo niego con la cabeza.

-¿No es el hombre de 60 años adinerado que dirige la más grande empresa de periodistas? –pregunto, él asiente.

-El mismo. Josué Washington. –dice, yo asiento y me encojo de hombros.

-¿Y qué pasa con él? –pregunto, mi padre sonríe.

-Ha leído un artículo que he publicado y le ha encantado. Ha quedado fascinado. ¡Ha dicho que flipaba en colorines, hija! –dice mi padre, sonrío al ver su felicidad.

-¡Qué bien, padre! Me alegra tanto. –digo, pero él me calla.

-Eso no es todo, cariño. El señor Washington me ha ofrecido un puesto de trabajo. –dice, yo abro los ojos y no salto porque no puedo.

-Oh, por Dios padre. ¡Qué feliz me siento por ti! –digo, abrazándolo.

-Pero hay un problema. –dice, entonces mi sonrisa se borra.

-¿Qué…qué problema? –pregunto.

-Tenemos que mudarnos a Ohio. –dice, creo que me voy a desmayar.

"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora