"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|

Capítulo 4 [Parte I]

Capítulo número cuatro.

Puso la cajeta gigante sobre la mesa para después ir a buscar la soda Coca-Cola que también había comprado. Al abrir la cajeta no dudé en cerrar los ojos y disfrutar del maravilloso olor. El hambre había vuelto mágicamente. 

-Coge cuántas quieras. Son 18 pedazos, será suficiente. –dijo él, sonriéndome.
-Cuando te deje sin pizza no te quiero oír quejándote, eh. –dije, sonriéndole.
-Está bien, no me quejaré.

Agarré un pedazo de pizza y lo mordí. Sí que estaba delicioso. 

-Sígueme hablando de ti. –dije, comiendo la pizza. 
-Está bien. –dijo él tragándose un pedazo de pizza- Tengo una hermana mayor, se llama Gemma y tiene 22 años. Mi mamá se llama Anne y mi padre Des. Mi madre se casó con un hombre llamado Robin, y es buena gente. Sólo he tenido 2 novias en toda mi vida. Me encanta la pizza y jugar vídeo juegos. Toco el piano y me encanta la música. 
-¿Cantas? –pregunté. 
-Un poco… -dijo, con las mejillas rojas- Háblame de ti.
-Soy hija única, vivo con mi padre Luck. Me dedico a el fútbol y la mayoría del tiempo me acuesto en la cama subo mi camisa y me rasco la pancha. –dije sonriendo, él soltó una carcajada- Es enserio, no tengo nada que hacer. 
-Yo tampoco, en mis tiempos libres juego vídeo juegos y a veces sí, me rasco la pancha también. 
-Es liberador. –dije, sonriéndole.
-Totalmente de acuerdo. –dijo, mirándome y sonriendo.

Seguimos hablando y conociéndonos entre los dos. Cuando nos dimos cuenta ya eran las 8:00 de la noche y nuestra pizza había acabado. Un mesero se nos acercó, avisándonos que el lugar ya cerraría. Nos levantamos y salimos del lugar sonriendo, sin poder creer cuánto tiempo habíamos estado allí. 

-… ¿y entonces qué hiciste? –pregunté, riéndome a más no poder mientras los dos nos sentábamos debajo de un árbol en el parque de la ciudad. 
-No tenía otra alternativa, así que tuve que mentirle a la profesora para que me dejara salir, no iba a dejar a Cory irse con mis papeles importantes. –dijo, riendo a carcajadas igual que yo. 
-No puedo creerlo. –dije, riéndome aún. 
-Ha sido muy divertido estar contigo toda la tarde y casi toda la noche, ha sido la mejor noche y tarde de mi vida. 
-Lo mismo pienso Harry. –respondí. 

Los dos nos quedamos viendo a la cara, fijamente mientras el sonido de los grillos era lo único que se escuchaba. Nos fuimos acercando poco a poco. 
Estábamos centímetros de estar separados.  Y para serles sincera, no quería separarme. Quería mantener la distancia, porque aunque quisiera negarlo, pero encantaba estar así.