"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|

Capítulo 3. [Parte II]

Capítulo tres. [Parte II]

Salí de mi casa con los pelos de punta. Estaba nerviosa, debo de admitirlo, muy nerviosa. Caminé unas cuántas cuadras hasta llegar a la ciudad central. Caminé un poco más y llegué hasta Papa John’s. Al entrar divisé a Harry sentado en una de las mesas para dos del fondo. Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. Caminé un poco más mirando al suelo: <<Tranquilízate ___________, es solo una reunión de recién conocidos, sólo eso>>. Al llegar él se levantó, mostrando mucha educación. Él estaba respirando agitado y sus manos temblaban, al parecer sentía lo mismo que yo en estos momentos. Me senté y él se sentó después de mí. Uno en frente del otro, los dos mirando a la mesa sin decir palabra alguna. 

-¿Cómo estás? –pregunté él.
-Bien, ¿y tu? –pregunté yo, armándome de fuerzas para mirarlo a la cara. 
-De maravillas. –dijo con una sonrisa en su rostro- ¿Qué pizza quieres comer? 
-¿Cuál te gusta a ti? –pregunté. 
-De pollo. –dijo, sonriendo.
-De pollo será. –dije, sonreí y él me sonrió de vuelta. 

Se levantó de la mesa y fue hacia la caja. Pidió la pizza según lo que vi. Luego volvió y se sentó de nuevo en la mesa. 

-En 15 minutos estará lista, según lo que me dijo la cajera. –dijo, sonriéndome de lado- Espero que no hubiesen problemas en tu casa.
-¿Problemas? –pregunté, girando la cabeza al hacer la pregunta. 
-Ya sabes, tus padres preguntándote que con quién irías a salir y todas esas cosas. –dijo, algo nervioso.
-Vivo con mi padre, mi madre… mi madre nos abandonó hace años atrás. –dije, con la cabeza baja. 
-Lo… lo siento tanto, enserio. –dijo, acariciando mi mano.
-Además, mi padre no es esa clase de padres histéricos. Además no estaba en casa, así que no creo que haya problemas ahora al llegar. 
-Me alegra escuchar eso. No quería ser el causante de la tercera guerra mundial. –dijo, no evité echarme una carcajada- Te ríes lindo.
-No seas mentiroso, me río horrendamente horrendo. –dije. 
-¿Horrendamente horrendo? –preguntó- Que linda frase. 
-Cállate. –dije, sonriéndole. 
-Háblame más de ti, te quiero conocer. –dijo, sonriéndome.
-¿Qué te puedo decir? Tengo 17 años de edad, acabo de terminar el colegio y estoy pensando en ir a la universidad el próximo año. Amo el fútbol y nada más que eso. Vivo sola con mi padre desde los 12 años y soy fanática de las hamburguesas, las pizzas y toda comida chatarra existente. Le tengo miedo a la verdad y… -callé, no diría lo último. 
-¿Y qué? –preguntó, intrigado.
-No es nada. –dije, avergonzada, casi lo digo. 
-No te avergüences, vamos, dime. –dijo, incentivándome. 
-Y… nunca he tenido novio. –respondí. 
-¿Qué? –preguntó, al parecer sorprendido.