"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|

Capítulo 3. [Parte I]

Capítulo número tres. [Parte I]

Amanecí envuelta en una sábana. Me senté y miré mi habitación por muchos minutos. ¿Qué clase de señorita podría vivir en un basurero como lo es mi cuarto? Ninguna que realmente se haga llamar así. Mis zapatos de fútbol estaban tirados por el suelo. Las medias fuera de la canasta de ropa sucia, todo estaba desordenado. 
No me sentía con ganas de ir a practicar hoy, así que decidí quedarme en casa y hacer oficios, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Empecé a recoger todo lo que estaba en el suelo y acomodé todo eso en sus lugares correspondientes. Cuando el cuarto se veía mucho mejor que antes agarré la cesta de ropa sucia y la llevé a la lavandería, lavaría todo este asco. Coloqué todo en la lavadora y puse jabón. La dejé andar por sí sola. Subía a mi habitación y terminé de arreglar todo hasta que mi cuarto pareciera más o menos de una “señorita” Entré al baño de mi pieza y me di una larga ducha. Al salir envuelta en una toalla busqué ropa qué ponerme. Opté por un pantalón short y una camisa blanca para estar en casa, nada caluroso ya que estábamos en pleno verano. Bajé las escaleras y busqué a mi padre con la mirada. Como era de esperarse, ya se había ido. No eran ni las 12:00 del mediodía y ya había desaparecido, posiblemente al trabajo. Me preparé algo rápido para alimentarme y lo comí rápido. 

Regresé a mi habitación y me recosté en la cama. Agarré mi celular y coloqué los audífonos en él. Puse mi música favorita y empecé a disfrutar de cada nota. Miré la pantalla y salía: “Llamada entrante” ¿Quién sería? 
Le puse pausa a la música y contesté.

-¿Halo? –solo logré decir, ¿quién sería?.
-¿Windhouse? ¿Eres tu? –preguntó aquella voz. 
-¿Styles? –pregunté igualmente.
-¡Sí eres tú! –se oyó, ¿emocionado?- ¿Tienes algo que hacer esta tarde? 
-Pues, no, ¿por qué? –pregunté sonriendo.
-Te quiero invitar a Papa John’s. Sólo para hablar y comer pizza, ¿qué te parece? 
-Me encantaría pero no tengo dinero. 
-Yo pago. No te preocupes por nada.
-Bueno, ¿a qué hora será? –pregunté.
-A las 3:00 nos encontramos en Papa John’s ¿vale? 
-A las 3:00 entonces, adiós. –colgué. 

Una hora y media. ¿Tengo que ponerme bonita? No, claro que no, ¿para qué? Sólo es una reunión de “personas recién conocidas”
¿Qué haremos allá? Supongo que comer pizzas y conocernos más, sólo eso. 
¿Dónde diablos está mi padre? Siempre suele llegar a las 2:00 de la tarde a casa. Y ya son las 2:30 que es lo más extraño. Siempre me llama antes de llegar para preguntarme si hay algo de comer en casa, porque si no hay, él compraría algo. ¿Dónde, dónde?
Me quedé en mi cama acostada, preguntándome un millón de diferentes preguntas sin respuestas. 
Miré el reloj de la pared de mi habitación: 2:45 de la tarde, mierda. El tiempo se había pasado tan rápido que ni siquiera me había dado cuenta. 
Empecé a buscar algo que ponerme rápidamente. Me puse una camiseta negra holgada y con mangas largas, unos pantalones largos negros ajustados y unas converse. Me puse un gorro negro y dejé mi cabello suelto. ¿Me maquillo? No, mejor no. Aunque sería buena idea si me pusiera algo de rimel, delineador, polvo en los ojos y brillo labial. Esperen. ¿Por qué me preocupo tanto por mi físico? Nunca me ha importado lo que las personas piensen de mí físicamente, pero ahora…sí lo hago.