C.19 [Parte II]

415 24 0
                                    

Capítulo 19. [Parte II]


Su mirada es inexpresiva. No sé si levantarme y empezar a caminar como si estuviese planeando algo o quedarme allí sentada, esperando a que diga algo. Opto por la primera opción, tal vez le haga sentir mejor.


-¿Qué piensas hacer? –le pregunto, mirándolo fijamente.

-Nada. –dice, ahora más inexpresivo.

-¿Cómo que nada? –le pregunto, sorprendida- ¿Me has escuchado? Sandra está en Seattle.

-No la podemos detener, este es un país libre. –dice, levantándose.

-¡Pero por favor, Harry! Sabes muy bien qué te hizo ella.

-¿Y eso qué? No creo que haya venido hasta acá por mí.

-¿Y qué pasa si lo hizo exactamente por eso?

-No le voy a permitir que se meta entre nosotros. Te lo aseguro. –dice, abrazándome.

-Harry, tengo miedo de que ella haya venido para arruinar nuestra relación...


Él suspira fuertemente. Yo ya no sé qué hacer. Pronto tengo juego y no puedo estar así, tengo que concentrarme. Pero simplemente no lo puedo hacer. Saber quién es Sandra y la historia que tiene con Harry me pone la piel de gallina.


-Solo esperaremos, hermosa. No podemos buscarla cuando ella no nos ha buscado.

-¿Tendremos que esperar a que ella haga algo? –pregunto, mirándolo.

-Sí, cariño. Solo podemos hacer algún movimiento cuando ella ya ha hecho dos. Pero déjame aclararte algo, no dejaré que ella arruine nuestra relación.

-No quiero que la dejes, porque yo tampoco la dejaré.

-No te preocupes por eso, hermosa.


Yo sólo asiento y entonces me suelto de su abrazo. Sonrío, me pongo de puntillas y planteo un beso en sus labios.


-¿Qué tal si vemos una película –pregunto, sonriéndole.

-Tengo mejores ideas en la cabeza. –dice, acercándose peligrosamente a mí, pero yo lo detengo.

-Harry, hoy no, ¿sí? –le pido.

-¿Sigues mal, cariño? –pregunta, colocando su cabeza en mis piernas.

-Sí, me siento mal. –le respondo, acariciando sus rulos.


Él solo le observa. Luego de eso se acerca a mí y me da un suave beso en los labios.


-Sé qué te puede hacer sentir mejor.


Entonces prende la televisión y pone el canal de fútbol. Al ver en la pantalla un juego de fútbol femenino todo se me va y entonces me quedo viéndolo.


-Te conozco tanto... -dice Harry, orgulloso.

-Amor, ¿podrías llamar y pedir una pizza? Muero de hambre.

-Todo por ti, hermosa.


Ver fútbol y comer pizza son dos cosas que me vuelven  loca y que, sin saber por qué, hacen que piense en nada. Harry lo sabe, yo lo sé. Así que, qué mejor manera de olvidar todo que con lo único que me hace olvidarlo todo.  

Cuando la pizza llega puedo disfrutarla mientras veo y disfruto del juego. Sin pensarlo, mi mente se concentra en la televisión y en los diversos pases, no en Sandra. Ya no pienso en ella ni en las probabilidades de que uno de estos días aparezca. No lo hago y es lo mejor. No merece mis pensamientos, y aunque no soy quién para hablar mal de ella, aquello que le hizo a Harry alguna vez me da total derecho a saber que es una imbécil.


Cuando el partido acaba y la pizza también me encuentro satisfecha y más feliz. Harry, al notar mi estado emocional, sonríe y plantea un beso en mis labios. El tiempo se ha pasado tan rápido. Miro mi reloj de mano y me sorprendo al ver que son las siete de la tarde. Decido llamar a mi padre, quiero saber cómo está.

Salgo al balcón, marco su número y dos pitidos después escucho su voz.


-Hola, mi amor. –escucho la voz de mi padre, no puedo evitar sonreír.

-Hola, papá. ¿Cómo va todo? –le pregunto, aun sonriendo.

-Excelente, hija. ¿Y tú, cómo vas con lo de vivir donde Harry? –pregunta.

-Aún estoy intentando acostumbrarme a todo esto, sabes. No es fácil adaptarse a no estar en tu casa. De vez en cuándo paso por allá a quedarme un par de horas.

-Me alegra saber que le tienes el ojo puesto a nuestra casa, hija. –dice mi padre- Te noto algo apagadita, ¿te pasa algo, ya comiste?

-Me comí una pizza entera, padre. Claro, la compartí con Harry, pero la mayoría fue para mí. Así que te imaginarás que estoy llenísima.

-Entonces algo más te está pasando, ¿quieres hablar de ello? –pregunta.

-Tal vez en otro momento. Además, no es nada serio. Sólo que en dos días tengo partido y luego de tantos meses las ganas me tienen nerviosa.

-Ay, corazón. Es normal, no estés nerviosa por eso. Sabes que eres buena, buenísima en lo que haces.

-Gracias papá. –digo, sonriendo- Te llamaré mañana en la mañana, ¿vale?

-Está bien, mi amor. Te amo, mucho.

-Yo te amo más. –digo y luego de tirarle un beso telefónico, cuelgo.


Observo a Harry sonriéndome felizmente. Su felicidad me hace aún más feliz a mí, lo único que puedo hacer es tirarme en sus brazos y no soltarme por un largo, largo tiempo.

"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora