"Mi chica del Fútbol" CANCELADA TEMPORALMENTE |H.S|

C.19 [Parte I]

Capítulo 19. [Parte I]

Casi me caigo, pero pude mantener el balance. Donovan notó mi sorpresa.

-Lo siento, no pensé que te sorprenderías tanto.

-No hay problema, solo es que me agarró muy desprevenida.

-No quiero asustarte ni nada, pero debes mantener un ojo en las cosas que Harry haga. No digo que él te vaya a engañar, conozco muy bien a Harry y sé que no sería capaz de ello. Sólo te pido que le mantengas un ojo a Sandra en cuanto la veas.

-No sé ni cómo es...cómo sabré.

-No te quiero asustar, ya te lo digo. Pero en cuánto ella toque piso en Seattle lo primero que hará es buscar a Harry. Sé que es así... ten cuidado, es una víbora.

No puedo dudar que todo esto me da mucho miedo. Me da miedo que Harry se aleje de mí. Me da miedo que decida quedarse con ella a quedarse conmigo. Me da miedo, todo esto me da miedo. Pero si ella es mala, si ella es víbora, está bien...más mala y más víbora soy yo cuando así me quieren.

Cuando la práctica termina salgo del estadio en dirección a mi casa. Harry debe estar en el trabajo, así que no pienso llamarle e interrumpirle. Me doy una ducha, sacándome todo estrés y cansancio de mi cuerpo. Pienso en todo lo que Donovan me ha dicho y no puedo estar más agradecida. Todo lo que me ha dicho me ha dejado un mal sabor en la boca, pero ya sé que tengo que tener cuidado y cuidar lo que es mío.

Al salir de la ducha pego un grito cuando veo a Harry sentado en mi cama. ¿Qué demonios...?

-Casi me matas de un infarto, Edward. -digo, regañándolo.

-Lo siento. -responde.

-¿Por dónde entraste...? No me respondas, ya lo sé.

-¿Qué haces aquí? Pensé que ya habías llevado todas tus cosas a mi apartamento.

-Oh, claro. Lo había olvidado. Sólo es que quise venir acá primero. Ya sabes, aún no me acostumbro a estar fuera de mi casa.

-Pero no tienes ropa aquí, cómo harás para vestirte. -dice.

-Tengo un par de conjuntos aún guardados por si las moscas. Deja que me vista y nos vamos.

-¿Te pasa algo? -me pregunta.

-No, nada. Sólo espera unos minutos...

Él solo asiente y yo empiezo a cambiarme. Cuando ya me he cambiado totalmente le aviso a Harry y él y yo nos vamos a su apartamento.

Al llegar nos sentamos en el sofá a ver televisión. Mis ojos están en la pantalla pero mis pensamientos en otro lado. Harry al parecer lo nota.

-No me mientas, sé que te pasa algo.

-No es nada, cariño. -respondo.

-Sabes que odio que me mientas ___________, cuándo vas a aprender.

Yo sólo puedo bufar y negar con la cabeza.

-Venga, dime qué pasa.

-Vale, pero si te digo no quiero que te vayas corriendo a detenerla.

-¿Detenerla? ¿Detener a quién? -pregunta, confundido.

-A Sandra, -su mirada se paraliza- está en Seattle.