Naike se levantó a las 8.00 en punto. Anoche tardó en dormirse porque estaba nerviosa. Jamás hubiera imaginado que acabaría durmiendo aquí. Era lo que menos pensaba. Fue al baño del pasillo y se metió en la ducha. Le pediría algo de ropa a Sergio para ir a trabajar. Por lo menos podía utilizar los vaqueros y el sujetador. Salió y se envolvió en una toalla. En su bolso siempre llevaba un cepillo de dientes. Gracias a dios que había desodorante de spray en los cajones. Terminó de asearse y se revolvió el pelo después de peinarselo para dejárselo rizado. Salió del baño y se chocó con Sergio que iba a verla a su habitación. Se quedaron mirándose unos segundos que a Naike le parecieron eternos. El chico tragó saliva. Era la primera vez que la veía sin tan poca ropa y estaba haciendo grandes esfuerzos para no apartar la mirada de sus ojos.
- Buenos días -le dijo Sergio- te traía ropa
- Ah, vale -contestó ella temblando, y no precisamente de frío. Sergio pasó delante de ella y entró en el dormitorio para dejársela encima de la cama. Naike andó detrás de él y se quedó parada en medio de la habitación
- Te dejo que te vistas y te espero abajo para desayunar
- Está bien
Sergio salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Resopló y bajó las escaleras derecho a la cocina. Esta noche él tampoco había dormido bien. No podía dejar de dar vueltas en la cama pensando en Naike y en Paula, y en si era feliz como estaba. Y la verdad es que era tan puto cobarde, que no era capaz de poner solución para lo que le atormentaba en su vida. Decidió no calentarse más la cabeza, porque hoy era su cumpleaños y no íba a permitírselo. Empezó a preparar el desayuno para los dos. Al cabo de un rato, Naike bajó vestida con su pantalón negro ajustado y un jersey suyo gris oscuro que le quedaba ancho, pero que le hacía las veces de blusón. La verdad es que estaba bastante guapa con su ropa. La chica se sentó en uno de los taburetes.
- Si no te gusta el jersey te puedo dejar otro -le dijo Sergio mientras ponía delante de ella una taza de café descafeinado, como a ella le gustaba
- No, está bien. Me gusta como me queda
- Y a mi. Quiero decir, que te queda bien, mejor que a mi
- Eso es porque yo soy fabulosa -le dijo ella riéndose
- Si, claro. Eso también -Sergio le puso delante un plato de tostadas. Ella cogió una y le echó mantequilla
- ¿A qué hora entrenas?
- Hoy no entreno
- Anda, ¿y eso? -Naike le pasó una tostada a Sergio y untó de mantequilla otra para ella
- Esta noche jugamos en Manchester y yo estoy sancionado. Me sacaron la quinta amarilla el sábado. Así que no he viajado con el equipo
- Vale. ¿Y qué piensas hacer todo el día?
- Pues, no sé. Te llevo a trabajar y luego iré de compras, o a dar un paseo...no sé. Algo inventaré...
Naike lo miró con tristeza. Era su cumpleaños y estaba solo en Londres. Recordaba las veces que ella había pasado su cumpleaños solo con sus padres porque sus amigos se habían ido a ver la Cabalgata de Reyes. Era una sensación asquerosa. Suspiró y cogió su móvil. Marcó el teléfono de su jefe.
- Hola Peter. Buenos días...bien, ¿y tú?...perfecto. Oye, ¿te importa que no vaya hoy a trabajar? Es que tengo que revisar unas cuantas canciones y hacer trabajo de campo -Sergio la miró confundido- ajá...si, vale...pues gracias...lo miraré también...vale, hasta mañana
Naike le sonrió a Sergio y siguió comiendo su tostada.
- ¿No vas a ir a trabajar? -le preguntó él extrañado
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Eras tú lo que quería (Cross 4)
RomanceSergio Reguilon acaba de llegar a Londres para jugar en el equipo inglés del Tottenham. Lejos de su familia y de su novia tendrá que adaptarse a una vida nueva en un país nuevo. Naike vive en Londres desde hace un par de años. En las clases de coci...