66. Hoy Es El Día En Que Me Enamoré De Ti

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10 años después

María Asensio estaba sentada en una de las hamacas del jardín de su casa. Hoy era el cumpleaños de su madre. Había mucha gente aquí. La familia había aumentado mucho en los últimos años y tenía ya innumerables primos y primas. A parte de todos los amigos que tenía desde que era pequeña. Dentro de un mes sería su cumpleaños, cumpliría 16 aunque todo el mundo siempre le decía que era muy madura para su edad. Su corazón le decía lo mismo. Desde hacía algunos meses estaba empezando a sentir algo por un chico. Al principio pensó que tal vez era porque se conocían de toda la vida y él, al ser algo mayor la tenía fascinada. Pero no, ahora que lo tenía enfrente y lo miraba, se dio cuenta de que le gustaba de verdad.

Alguien llegó y se sentó a su lado. Le dio un suave beso en los hombros que hizo que sintiera un cosquilleo por todo el cuerpo. Se giró y se quedó perdida en los ojos canela del chico que había a su lado, el cual, la miraba divertido.

- Enzo -le dijo María reprendiéndolo

- ¿Qué? -le dijo él alzando sus manos

- No seas malo

- No lo soy tonta.  ¿Vendrás luego a mi casa? -le dijo él cruzando los dedos para que ella no lo viera. A Enzo le gustaba María, le gustaba mucho y este verano todavía más. Aunque como amiga era increíble y eso le importaba más que cualquier sentimiento romántico

- ¿Para qué? -le preguntó ella frunciendo los labios

- Para hablar -le contestó él alzando sus cejas. María lo miró y se rio. Enzo la abrazo y después de darle un beso en la mejilla se fue

- Cada día está más bueno Enzo -le dijo su prima Tamara sentándose a su lado- más guapo que su padre

- Creo que de Marcelo ha heredado su sentido del humor -le contestó María mientras su mirada se íba al chico que estaba apoyado en un banco

- ¿A quién miras? -le preguntó su prima siguiendo su mirada, pues María estaba absorta fijándose en cada movimiento del chico- ¡no me jodas!

- ¡Tamara! Esa boca guapa

- Estás mirando a Mario -le dijo ella bajito para que no las escuchara nadie

- No... -le contestó nerviosa

- María por dios, que te he visto. ¿Te gusta?

- Si que me gusta. Está muy bueno -suspiró ella mirando lo bien que le quedaban los pantalones y esa camiseta que se le pegaba al cuerpo

- Yo es que no puedo verlo de esa manera. Es como si fuera mi hermano mayor, bueno, para mi es mi hermano, que me he criado con él

- Pues yo lo veo guapísimo, pero bueno, él tiene 27 años y yo ni existo para él. Bueno, como amiga pequeña a la que le cuenta cosas de vez en cuando...

- Bueno, espera que pasen 4 años. Tendrás 20 y te podrás acostar con él legalmente...

- Tamara -le dijo María mirándola alucinada- eres muy intensa para tener 14 años

- No, soy sincera que no es lo mismo

Su prima se levantó y la dejó allí con sus pensamientos. María se levantó al rato de la hamaca. Se acercó a su madre y le dió un beso y un abrazo. Fue a la mesa de las bebidas y se lleno un vaso de coca-cola. Se dió la vuelta y vio a Mario solo. Decidió acercarse a él. Lo saludó y se puso a su lado.

- Te aburres -le dijo María bebiendo de su bebida

- Un poco. ¿Cómo te has dado cuenta? -le preguntó él riéndose. Esta niña lo desconcertaba. Podía tener una conversación adulta con ella y no aburrirse. Además de que era muy guapa. Cuando fuera mayor iba a romper muchos corazones

- Por tu cara. Odias estas fiestas

- Algo -le dijo él riéndose- ¿qué tal tu verano?

- Bien. Este año nos hemos ido a Còrcega. No me preguntes cuantos íbamos porque yo hace tiempo que perdí la cuenta -le dijo María riéndose. Mario adoraba esa risa, era tan contagiosa- ¿y tú que tal?

- Pues bien, supongo. Me fui a Ibiza unos días, oye ¿si te cuento un secreto me prometes que no se lo vas a decir a nadie?

- Vale -María lo miró con los ojos muy abiertos y asintió

- A nadie a nadie María, que sólo lo vas a saber tú por ahora

- Te lo prometo

- Dame tu meñique -María le dio su meñique a Mario y él lo entrelazó sonriente- tengo una oferta del Atlético

- ¡Ostras! ¿Y cómo es eso? -le preguntó ella muy sorprendida

- María, yo quiero jugar. Me he quedado a las puertas del Mundial por no jugar en el Madrid y en el Atlético me han dicho que tengo un sitio en el equipo

- Pues hazlo, no te lo pienses. Es una gran oportunidad y para que  luego te malvendan a algún equipo de vete tú a saber donde...yo que tú me iría. Y al que no le guste, a la mierda Mario

- Eso estoy pensando pecosa -Mario le dio un sorbo a su bebida y miró a la chica. ¿Cómo alguien tan joven era tan sumamente lista?

- Quiero la camiseta del primer gol que marques con el Atlético -le dijo María muy decidida

- Hecho. El primer gol que marque con el atlético te lo dedicaré a ti y te daré la camiseta

María abrazó a Mario muy contenta y él se dejo envolver en esos dulces brazos. Le dio un beso en la cabeza y se pusieron de pie para ver como Claudia soplaba las velas de su tarta.

2 meses después

Mario saludó a los jugadores del equipo contrario y andó tranquilamente hasta la zona de las entrevistas. Se secó el sudor con la camiseta y atendió al periodista de la cadena que retransmitía el partido.

- Enhorabuena por el gol Mario. De falta y por toda la escuadra 

- Gracias, muchas gracias. La verdad es que ha sido mi primer gol con el Atlético y si encima ha servido para ganar el partido, mejor que mejor

- Supongo que guardaras esta camiseta de recuerdo...

- ¡Que va! Esta camiseta va para una amiga que fue la que más me animo para venir al Atlético, se la prometí hace tiempo y ella sabe que es enteramente suya

El periodista siguió con la entrevista. María se mordió los labios feliz mientras veía a Mario por la tele. Se había acordado de su promesa. Y no podía estar más contenta. No podía evitarlo. Sentía algo muy fuerte por él, pero ella era una niña a su lado, y no tenía la menor posibilidad. Aunque si alguna vez tuviera la mínima ocasión con él, pensaba aprovecharla.

Sólo esperaba que su corazón no sufriera por el camino. 

Eras tú lo que quería (Cross 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora