Eras tú lo que quería (Cross 4)

58. Ahora si me gusta mi cumpleaños

Naike reprimió un bostezo llevándose la mano a la boca. Estaba tumbada en el sofá con sus pies encima de las piernas de Sergio. Estaban viendo una serie en la tele. Estaba cansada. No había parado en todo el día. Ni siquiera había venido a comer a casa. El nuevo disco de Adam estaba siendo un éxito. Desde que se estrenó, iba primero en la lista de ventas y ya tenían varios conciertos cerrados. En España, Naike había conseguido que Adam pudiera cantar en el Santiago Bernabeú, y aunque sería a primeros de julio, iba a ser una pasada de concierto. Los Lemon Pie también sacaban disco en unos días y el primer concierto sería en España, en el Wanda. Por eso ella estaba tan atareada.

Había querido adelantar hoy todo el trabajo para tomarse mañana todo el día libre, no en vano era su cumpleaños. Había decidido hacer una pequeña celebración e invitar además de a su madre con su marido y su hermano, a todos sus amigos. Adam le había dicho que también vendría. Reprimió un nuevo bostezo que hizo que Sergio la mirara.

- Vete a la cama Naike. Estás cansada y es una tontería que estes aquí si tienes sueño –le dijo él acariciando sus pies

- Jo. Es que apenas he estado contigo hoy –le dijo ella poniendo morritos

- Tonta. No pasa nada. Mañana estaremos más rato. Venga, vete. Ahora después voy yo

- Vale. Me iré –Naike se incorporó y se acercó a él para darle un beso- te espero en la cama

- Vale

Naike se desperezó y salió del comedor directa a su habitación. Sergio la miró mientras se iba. Esperó unos minutos y se fue a la cocina riéndose. Faltaban 15 minutos para las 12 de la noche. Así que sacó un bol de plástico del mueble. Le puso 2 cucharadas colmadas de harina, 2 de azúcar, 2 pellizcos de levadura, 2 cucharadas de aceite y lo removió muy bien hasta hacer una pasta. Le echó trocitos de chocolate y volvió a removerlo. Abrió el microondas y le puso 2 minutos. Esperó con los brazos cruzados sonriendo. Mañana era el cumpleaños de su niña y le había preparado varias sorpresas. Se lo merecía. Lo había dejado absolutamente todo por estar con él, y aunque al final tenía un trabajo en Madrid, sabía que a ella lo único que le importaba era estar juntos. El timbre del microondas sonó y sacó el molde. Sacó un plato pequeño y volcó el contenido en el. Había salido un pequeño bizcocho de chocolate. Le echó salsa de chocolate y buscó una vela en un cajón. Se la puso y después de coger un mechero y un tenedor, se fue al dormitorio. Antes de abrir la puerta, encendió la vela y entró cantando cumpleaños feliz.

Naike acababa de ponerse el pijama e iba al baño a lavarse los dientes. Cuando vio a Sergio entrando con el pequeño bizcocho, se emociono muchísimo. Miró a su novio y suspiro. Creía que no podía quererlo más, pero estaba equivocada. Él se puso enfrente de ella y terminó de cantar.

- Tienes que pensar un deseo antes de soplar rubia

- Pero si ya hace tiempo que mi deseo se cumplió –le dijo ella riéndose

- Seguro que hay algo que quieras, venga, piensa

Naike lo miró y se mordió los labios. Y si, había algo que quería. Deseó estar embarazada. Lo pidió con todas sus fuerzas. Desde el día de año nuevo, cada vez que pensaba que podía estarlo, se ponía nerviosa pero muy contenta. E incluso ellos dos estaban más cariñosos el uno con el otro. Naike sopló la vela y abrazó a Sergio.

- Gracias cariño –le dijo ella besándolo- es el segundo cumpleaños que vamos a pasar juntos

- Y lo que nos quedan mi vida. Venga, vamos a comérnoslo que ya sabes que es nuestra tradición familiar, el pastel de cumpleaños de medianoche –le dijo él partiendo un trozo con un tenedor

- Te quiero mucho Sergio –le dijo ella con lágrimas en los ojos

- Y yo a ti rubia. Muchas gracias