36. Alguien Viene A Abrirte Los Ojos

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Finales de mayo

Sergio terminó de vestirse y salió del vestuario resoplando. Si ganaban 2 partidos más, serían campeones de liga antes de que finalizara el campeonato. Llevaba 3 meses que sólo estaba centrado en el fútbol y en que Paula se encontrara mejor. La chica iba recuperando su vida poco a poco. Llegaría un momento en que se tendría que ir. Y sinceramente, Sergio lo estaba deseando. Últimamente no paraba de "sugerirle" que continuaran su relación, y él no quería porque no sentía nada por ella. Echaba de menos a Naike con cada fibra de su ser. A veces se despertaba por la noche con el corazón desbocado después de haber soñado con ella. Y luego le costaba muchísimo volverse a dormir. Solía tener cerca una de las camisetas que Naike se había dejado en su casa y eso era lo que le mantenía cuerdo. También se aferraba a la pulsera trenzada de plata, la que compraron juntos en el mercadillo medieval. Seguía llevándola en su muñeca y le daba seguridad. Era lo último que se quitaba antes de un partido y lo primero que se ponía al volver. 

Sabía que ella volvía esta noche de Estados Unidos. Giovanni se lo había contado todo, porque si fuera por Susana y Cristina, no sabría nada de nada. El argentino lo mantenía informado con lo poco que sabía después de que Sergio le confesara en una concentración que la echaba muchísimo de menos. Le había dado tantas vueltas a la cabeza que había decidido hablar con ella. Maya también le abrió los ojos en este sentido. Solían hablar muchísimo por teléfono. Hacían sesiones de tele-psico, como le decía ella. Y su amiga fue la que le hizo ver las cosas más claras. Sergio salió del vestuario hacia el parking del centro. Uno de los miembros de seguridad se le acercó cuando casi llegaba hasta su coche.

- Perdone que le moleste, señor Reguilón –le dijo el hombre muy educadamente- hay un chico en la entrada que pregunta por usted. Lleva un rato esperando

- ¿Un chico? –preguntó Sergio extrañado

- Sí, nos ha dicho que se llama Axel

- No me suena, la verdad

- Nos ha dicho que si no se acordaba usted que lo mismo el nombre de Kalypsos le decía algo –ese nombre si le sonaba. Era uno de los youtubers del clan de Paula. No lo había visto nunca, pero como él si prestaba atención a lo que ella le contaba, lo recordaba

- Si, ahora si caigo, ¿y dónde dice que está?

- En la entrada

- Pues dejadlo pasad, que voy para allá

Sergio dejó su bolsa en el maletero de su coche y se dirigió hasta la entrada del centro de entrenamiento. No tenía ni idea de que podía querer de él este chico, ni que hacía allí en Londres, porque que él supiera, vivía en Madrid. Sergio llegó hasta la entrada a los pocos minutos y encontró al chico esperándolo dando paseos de un lado a otro. Se notaba que estaba nervioso.

- ¿Axel? –le preguntó Sergio acercándose a él

- Hola...¿Sergio?

- Sí, soy yo –se estrecharon las manos

- Encantado de conocerte. He oído hablar mucho de ti

- Gracias. Pues encantado y disculpa, de verdad, pero es que no sé qué haces aquí

- Si...es verdad. Perdona. ¿Podríamos hablar en algún sitio más tranquilo? Es importante. Es sobre Paula

Sergio lo miró confundido. No tenía ni idea de lo que este chico quería hablar con él. Pero la intriga y saber que era de Paula, pudo más. Así que lo llevó hasta la cafetería del centro. Los jugadores del primer equipo tenían una zona privada sólo para ellos, y ahora mismo, exceptuando a los camareros, no había nadie más. Se sentaron al fondo de la cafetería. Pidieron 2 cafés. Sergio lo miraba muy atento. El chico seguía nervioso.

Eras tú lo que quería (Cross 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora