Las familiares calles de Londres parecían distintas. Se notaban los 3 meses que llevaba fuera. Todo le parecía nuevo. Sobre todo porque hoy no llovía. Quedaba poco para llegar a su casa. Nicolas se había empeñado en llevarla a ella primero. No la dejó protestar. Naike suspiro. Volvía a Londres. Estaría otra vez cerca de Sergio. Aunque no tenía porque verlo. Y si lo veía, ahora le daba igual. Estos meses le habían servido para acostumbrarse a la idea de no estar con él. Aunque seguía queriendolo con toda su alma.
Llegaron a su casa unos minutos después.- Ahora buscaremos un hotel para pasar la noche –le dijo Nicolas a Terry cogiéndola de la mano- y mañana nos vamos a mi casa.
- Vale cariño –le dijo ella acariciándolo con dulzura. Naike se rió cuando los vio. Quien iba a decir que el rebelde Nicolas se moría de amor por la pelirroja
- ¿Y por qué no os venis a dormir a la mía? –les preguntó Naike- tengo una habitación de sobra. Y estaréis más cómodos que en un hotel
- Bueno, pero si duermes con tapones Nai –le contestó Nicolas guiñándole un ojo
- Eres gilipollas. Yo una vez que me duermo no me entero de nada. Y si no, muerde la almohada –les dijo ella riéndose
Al final se fueron a dormir con ella. Naike no quería pasar esta primera noche sola. Había hablado con Susana, y ella se encargó de que fueran a su casa a limpiarla para tenerlo todo listo cuando volviera. Estaba deseando ver a las chicas. Había quedado mañana en comer con ellas. Cristina tenía que estar ya enorme y le apetecía un montón acariciar la barriga de su amiga. No habían querido decirle lo que íba a tener para que se llevara la sorpresa.
Cenaron algo que pidieron a domicilio. Después de bañarse, Naike se puso su pijama. Descartó la camiseta de Sergio, porque ahora mismo, aún no estaba preparada para ponérsela. Se acostó en la cama y se quedó frita. Entre el vuelo, los viajes y el regreso, no se enteró de nada.
Cuando se despertó por la mañana, eran ya pasadas las 9. Había dormido 10 horas del tirón. Se levantó y escuchó risas en el comedor. Salió de su dormitorio, y Nicolas y Terry ya estaban levantados.
- ¡Buenos días! –les dijo ella- ¿cómo habéis dormido?
- Muy bien guapa –le contestó Nicolas- tu cama es muy cómoda
- Me alegro. Bueno, si queréis desayunar, creo que tengo café, pero nada para acompañar –les dijo ella- aunque Nicolas, al final de la calle hay una panadería...
- Uy, si –dijo Terry- que me apetecen bollos de chocolate
- Está bien, iré a comprar el desayuno, petardas –Nicolas besó a su novia y salió del piso riéndose
Sergio se levantó temprano también. Quería ver a Naike antes de ir al entrenamiento. Estaba nervioso. Muy nervioso. Fue andando desde su casa a la suya. Cuando vió su edificio su corazón latía más deprisa. Íba a cruzar la calle cuando se paró en seco. Nicolas salía de su portal. Íba riéndose, y tenía pinta de que había dormido allí, o eso pensaba él. Sergio se quedó parado sin saber que hacer. Vió como la ventana del piso de Naike se abría y la rubia se asomaba. Respiró nervioso. Estaba tan preciosa. Llevaba una cola alta y estaba muy risueña.
- Eh, guapo –le gritó a Nicolas. El chico se dio la vuelta y miró hacia arriba- que no se te olviden los bollos que me gustan
- ¿Cómo se me van a olvidar angelito?
- Por si acaso. Y no tardes que quiero ducharme después de desayunar
- Vale, mandona –Nicolas le mandó un beso y ella se rió. Se metió dentro de la casa y cerró la venta.
Sergio estuvo allí 10 minutos más sin saber que hacer. No se esperaba esto para nada. Se le revolvió el estómago pensando en ellos dos juntos. Aunque bueno, tampoco es que la rubia fuera a esperarlo ¿no? Se dio la vuelta y caminó de regreso a casa sintiendose mal y comprendió que esto era lo que pasaba cuando te rompían el corazón.
Una semana después
- Gracias por quedarte con ella Naike –le dijo Giovanni mientras terminaba de meter sus cosas en la bolsa
- Vete tranquilo. Tú céntrate en ganar la liga, y ya está. Que yo cuido de tus niñas –le dijo ella sonriente. Al final, Cristina se había venido a vivir con Giovanni. Es que era lo más lógico. Se querían e íban a tener un hijo juntos.
- ¿De verdad no quieres venir mañana al partido?
- No, lo siento. No estoy preparada, todavía –le dijo ella mordiéndose la mejilla. Es que no quería ver a Sergio, todavía no estaba preparada
- Naike –empezó a decirle Giovanni
- Gio, cállate –le dijo Cristina cortándole
- Mira, no me callo. No me sale de los huevos –le dijo él
- ¡Que fino eres hijo! –le contestó ella a su novio
- Es que ya estoy harto –le dijo él mirándola desafiante- mira Naike. Paula ya no está en casa de Sergio.
- ¿Y eso?
El argentino la hizo sentar y le contó todo. Sergio se lo había contado todo a él y no le daba la gana que la rubia no supiera nada. Naike abrió sus ojos como platos y se llevó las manos a la cara alucinada de todo lo que le contaba. Cuando terminó, se calló sin saber que decir.
- Y eso es todo –le contestó él
- Gracias por contármelo Gio. Pero si te digo la verdad, me da igual. Sergio y yo lo dejamos hace ya casi 4 meses y yo ya he pasado página. Así que...
- Vale. Como quieras, pero tenía que decírtelo
Naike le dió intimidad a la pareja para que se despidieran. Intentaba contener todas las sensaciones y sentimientos que tenía en este momento. Lo que quería era ser fuerte y actuar como si no le importara. Porque, aunque Gio era un encanto y le daba las gracias por contarle las cosas, pensaba que le información también iría de vuelta hacia Sergio. Y no quería que él supiera que ella estaba mal. Se despidió del argentino con un gran abrazo. Volvió a la cocina a esperar a Cristina. Ella se sentó a su lado y le cogió las manos.
- Naike, cariño. ¿Cómo estás?
- ¿Tú que crees? Mal, estoy mal. ¿Sabes que dejó de mandarme mensajes desde que llegué a Londres?
- No, no lo sabía.
- Una semana, una semana hace que estoy aquí y que él dejó a Paula, y no ha sido para llamarme, venir a verme o lo que sea... -Naike miró a su amiga muy enfadada
- Naike. No sabes cómo está. Lo mismo tiene miedo de que lo rechaces, y luego, también está lo de mañana. Tienen mucha presión
- ¿Y porqué ha dejado de mandarme mensajes?
- No lo sé. No tengo ni idea de lo que le pasa. Pero si quieres, le podemos decir a Gio que...
- ¡No! Se acabó. Paso, de verdad. No he estado 3 meses fuera intentando recomponerme para que ahora me desmorone otra vez. Está claro que si no se ha puesto en contacto conmigo, es que pasa de mi. Pues yo voy a hacer lo mismo.
- ¿Sabes lo que vamos a hacer? -Cristina miró a Naike y ella negó con su cabeza- si el Tottenham gana mañana la liga, Susana, tú y yo nos vamos a ir a la fiesta que den después...
- Yo no pienso ir a ningún sitio
- Oh si, si que vas a venir. Te vas a poner uno de mis vestidos "fóllame" y te vas a pasear por esa discoteca como si fueras la reina del mambo. Vas a desfilar delante de Sergio para que vea lo que se ha perdido el muy gilipollas...eso es lo que vamos a hacer. Y no aceptó un no por respuesta -Naike la miró y se rió. La verdad es que no era un mal plan. Le apetecía restregarle en las narices a Sergio que pasaba de él
- ¿Tú tienes un vestido "fóllame"?
- Oh si, cariño. Y cuando Sergio te vea con él se le va a poner tan dura que se va a tener que ir al baño a pelarsela
ESTÁS LEYENDO
Eras tú lo que quería (Cross 4)
RomanceSergio Reguilon acaba de llegar a Londres para jugar en el equipo inglés del Tottenham. Lejos de su familia y de su novia tendrá que adaptarse a una vida nueva en un país nuevo. Naike vive en Londres desde hace un par de años. En las clases de coci...