Eras tú lo que quería (Cross 4)

46. La Despedida

Sergio llegó de la Clínica de Sanitas de pasar el reconocimiento médico previo al inicio de pretemporada. Se había reencontrado con sus compañeros, sobre todo con Marcos, Marco e Isco. Le dio mucha alegría de verlos. Todos le felicitaron por su fichaje. Estaban muy contentos de tener de nuevo a su pequeña "ardilla", el mote que tenía desde que estaba en las categorías inferiores. Se contaron lo que habían hecho este año y Marco fue el primero en alegrarse de saber que estaba saliendo con Naike. Le encantaba esa chica.

Mañana por la mañana se íban a Estados Unidos durante 2 largas semanas, y después tendrían algún torneo de verano hasta que empezara la liga a finales de agosto. Esta tarde se íba Naike a Tottenham. Estuvieron hablando y cuando él volviera de la gira, iría a Londres a visitarla. Desde ayer se notaba que su novia estaba triste, y aunque no quería disimularlo, se le notaba mucho. Quería hacerse la fuerte delante de Sergio, pero él notaba que no estaba bien. Y él tampoco lo estaba. Dejarla marchar le dolía muchísimo. Se había acostumbrado tanto a tenerla a su lado. Abrió la puerta de casa y la escuchó llamarle desde el dormitorio. Caminó hasta allí y la encontró luchando por cerrar su maleta encima de la cama. 

- ¡Puta maleta! - dijo Naike furiosa- ¡Cierrate de una vez asquerosa!

- Naike, déjame que la cierre yo cariño - Sergio intentó apartar sus manos de la maleta, pero ella, terca como una mula, no lo dejó

- Joder, que yo puedo - Naike volvió a pelearse con el cierre. De pronto se echó las manos a la cara sollozando

- Naike cariño, no llores por favor –Sergio le dio la vuelta para que lo mirara y vió sus ojos anegados en lágrimas. La abrazó dándole un beso en su cabeza

- Lo siento, lo siento. Creí que iba a aguantar más, pero no he podido

- Lo sé mi vida, lo sé. Si es que no hay más que verte. Anoche parecías un alma en pena. Mírame Naike –Sergio la separó de sus brazos y le levantó la barbilla- van a ser sólo 2 semanas y después iré a verte a Londres. Cuando menos te des cuenta ya habrán pasado 15 días...

- Ya, si lo sé. Pero es que te voy a echar tanto de menos.

- Y yo a ti también preciosa. Vamos a hablar todos los días, nos vamos a hacer videollamadas, mensajes...ya verás como vamos a poder con todo esto –Sergio acarició su mejilla con sus dedos intentando limpiarle las lágrimas. Él también lo estaba pasando mal, pero se estaba haciendo el fuerte porque no quería ponerle más mal cuerpo del que tenía

- Lo siento cariño. Supongo que es que me ha dado el bajón, y encima la maleta no cierra

- Déjame a mí, anda

Naike se apartó de la maleta. Sergio se acercó hasta los cierres y después de empujarle un poco la cerró. Se dio la vuelta y vió a Naike mirarlo pensativa. Sus ojos estaban brillantes por las lágrimas redamadas.

- ¿Y si te dijera que no quiero irme? –le dijo Naike a Sergio dejando a este descolocado. Su corazón empezó a latirle desbocado por su confesión. Esto era lo que él quería, lo que deseaba, que ella se quedara con él. Pero no podía ser egoísta con ella. No. La quería demasiado como para eso

- Naike, mi amor –Sergio se acercó a ella y puso sus manos en su cintura haciendo que lo mirara a los ojos- y yo no quiero que te vayas. Pero tienes que hacerlo.

- Ya, pero...

- Escucha. Tienes que probar al menos. Mira, hemos estado un mes juntos sin separarnos, y por desgracia, ambos tenemos obligaciones. Tú tienes un trabajo que te encanta y del que depende mucha gente y yo tengo que irme al otro lado del mundo.

- Lo sé. Pero no puedo evitar sentirme así. Es que ya Londres me va a parecer vacio sin ti...

- Naike, llevabas 2 años viviendo allí antes de conocerme. El mundo no se va a acabar si yo no estoy amor. Mira, lo que yo más deseo es que te vengas conmigo a Madrid, pero tengo que ser frio y dejar que seas tú, la que lo decidas, y para eso tienes que volver. Allí es donde te darás cuenta ¿vale?