Narra Elif.
Estábamos un poco nerviosos. Derek caminaba de allá para acá moviendo sus manos exageradamente, esperando que terminará la cirugía que le estaban haciendo a mi hermana Anais. Todo pasó muy rápido, tan rápido, que en un abrir y cerrar de ojos Ana ya estaba desmayada desangrándose. Tessa corrió detrás del agresor y logró atraparlo, no sin antes pegarle la paliza de su vida, lo cierto es que... Iba a pasar mucho antes de que el cónclave volviera a ser la hermandad incorruptible que un día fue, aún habían traidores dentro de la hermandad, dispuestos a seguir la bruja que por poco nos mata a todos y eso lo habían demostrado atacando a plena luz del día a una de sus héroes y salvadoras. Pasaría mucho tiempo antes de que los Cazadores de Demonios pudieran librarse de esos parásitos que dañaban imagen de la hermandad, Ana estaba en una operación para sacarle las flechas que le habían enterrado, el problema era que había perdido mucha sangre y como su sangre no la tiene nadie más, tenían que operarla baja el riesgo de muerte. Observaba a Derek sin poder creerlo, no me explicaba cómo estaba vivo. Yo había visto el sufrimiento que había causado su muerte, no sólo mi hermana, sino también, en sus hermanos y era como estar viendo un muerto, bueno él ya estaba muerto, pero era tan raro. ¿Cómo había logrado volver a la vida, porqué había aparecido después de tantos días? y lo más importante ¿Cómo se había salvado? no entendía, nada de hecho, no entendía nada los últimos días. Todo había pasado tan rápido, las guerras, las muertes, el incendio, la muerte de papá, todo era tan confuso, todo pasó en menos de dos semanas. Ni siquiera habíamos llorado la muerte de papá. Ya llevaban aproximadamente 3 horas en el quirófano y era un martirio esperar para una noticia. Macristen quedo arrestada, y en ese momento la debiera de estar trasladando a una de las 3 cárceles de máxima seguridad, lo más probable es que la trasladen hasta Estalagmita17. Qué es donde están los criminales más poderosos que el mundo haya conocido. Allí estaría en las peores condiciones, sufriría los peores tratos y humillaciones. Y para serle sincera se lo merecía o por lo menos a mí, no me removía la conciencia mandarla allí para que se pudiera el resto de su vida. El problema radicaba en que como es una bruja tan poderosa, tienen miedo de que pueda hacer algún especie de truco y escapar. Los cazadores de demonios lo que hacen para oprimir el poder de las brujas cuando van a alguna de las cárceles, es grabar runas de retención y protección en las esposas y tenerlas sometidas 24 horas 7 días a la semana. Nunca les quitaban los ojos encima y al no producir magia su cuerpo iba envejeciendo, esto era muy peligroso ya que algunos carceleros se descuidaban y algunas brujas terminaban escapando de las celdas, de la cárcel jamás escapaban, siempre las atrapan. Aunque esto seguía siendo peligroso, lo que hizo mi hermana fue diseñar y crear una especie de Runas nuevas jamás antes vistas, runas muy poderosas. La primera tumbaba cualquier poder de una runa conocida, era capaz de desmantelar. La la segunda runa de quitaba el poder a las brujas, no les oprimía el poder, sino que mientras tuvieron está runa grabada en el cuerpo quedaban, no sólo marcadas como traidoras, sino también, le quitaba su magia. Había una tercera runa que mi hermana había creado junto con las dos ya mencionadas, pero Anais nunca nos dijo para que era, seguía siendo un misterio para todos. Garrye salió del quirófano y de inmediato me puse de pie.
-Anais está fuera de peligro- Nos informó, fue como si nos volviera el alma al cuerpo.
-¿Podemos verla?- Preguntó Derek, él negó.
-No, no pueden hasta que despierte. Yo les avisaré- Contestó Garrye.
-Gracias Garrye- Sonreí- Gracias por salvarla.
...
-¿Porqué no ha despertado?- Preguntó Aaron, puse los ojos en blanco.
-Anais perdió mucha sangre, es normal que demore en reaccionar, además Garrye está cuidando de ella- Contesté.
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Encuentros #3
Vampire-Aquellos que hemos sido víctimas de una injusticia, sólo nos quedan dos opciones para sentirnos satisfechos, la venganza, o el perdón absoluto y yo no pienso optar por la segunda. -¿Ni aún sabiendo que eres la mano izquierda de Dios?- preguntó Den...