Capítulo 8 Cambiaforma

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-¿Porqué la prisa?- preguntó él demonio que tenía el rostro de mí hermano, con voz de ultratumba. Me puse en posición de combate, doblando un poco mis rodillas para darme estabilidad.

Los hermanos Cranwell sacaron sus colmillos a la vista, mientras sus ojos de ponían rojos inyectándose de sangre. Eran tres demonios, uno para cada uno. Así que estaríamos ocupado un buen rato, los demonios era nivel tres. cambiaforma, también llamado mimetista, transmutador o metamórficos, es un demonio con forma humana (o algún otro tipo de criatura o ser sobrenatural) que puede cambiar de forma, generalmente adoptando la forma de otro ser vivo (persona o animal). Eran peligrosos, más de lo que quería imaginar y en ese momento desearía tener más que una simple daga en mi manos. Ellos se abalanzaron hacia nosotros, esto no era por nada, estaban buscando algo en especial y sabe Dios que estarían buscando. Me deslice por el suelo, arrastrándome con las rodillas para pasar debajo de sus brazos, lo miré mientras se daba la vuelta de nuevo para encararme. Me puse de pie rápidamente sacando de mi tobillo la daga, sólo había una forma de asesinarlos y era con un arma llena de runas angelicales, por suerte mi pequeño cuchillo las tenía. Me acerque corriendo me encarame en su espalda, enrollé mis piernas en su cuello, me impulse con el cuerpo dando una vuelta y tirándolo en el suelo clavándole la daga en el pecho. De inmediato cambio de forma y se volvió cenizas. Otro de ellos me tomo por la espalda, lo tome del brazo y lo pase por encima de mi espalda para tirarlo de nuevo al suelo, me detuve sólo una milésima de segundos por que era quien de parecía a mí hermano. Me tomo desprevenida y con su pie me dió una patada en el estómago haciéndome retroceder, también tirar la daga perdí la respiración por un segundo y con eso basto para darme cuenta definitivamente que él no era Aaron. Me puse en posición de combate esperando su primer movimiento, se quedó mirándome, mientras mi respiración se aceleraba. Carson lo tomo por la espalda y le partió el cuello, pero el demonio no se inmutó ni un segundo, dió media vuelta rápidamente, lo tomo del cuello alzandolo un poco del suelo. Los demonios eran mil veces más fuertes que los vampiros.

Carson el dió una patada cosa que hizo que los dos se cayeran al suelo, dieron vueltas en pavimento, uno sobre el otro. Dominick apareció en el lugar, tomo al demonio por la espalda y lo separó de su hermano, corrí hacia ellos para darles una mano, la cabeza empezaba a dolerme. Los ojos del cambiaforma se volvieron negros por completo, sentí un horrible dolor en el cuerpo, cada hueso empezó a dolerme y la cabeza me quería estallar. Un grito salió desde el fondo de mi garganta, mientras mis pies fallaban y caía al suelo removiendome del dolor intenso que me invadía. Dominick lo soltó y corrió hasta mi, haciendo que apoyará mi cabeza en sus piernas. Gritaba, gritaba como nunca en la vida, el dolor era insoportable. El aire me faltaba y sentía que los pulmones no me daba a bastó, las lágrimas empezaron a caer. Levanté un poco mi vista y Carson seguía en combate. Sin embargo, los ojos del ser seguían totalmente negros. Más lágrimas, más dolor, cerré los párpados con fuerza tratando de concentrarme en calmarme a mi misma. Dominick sujetaba mi rostro con preocupación. Abrí de nuevo los ojos y vi a Derek aparecer en el lugar, el enterró la daga rápidamente al demonio y esté se volvió cenizas, él de incendio soltó el objeto ya que las runas le quemaron las manos. El dolor poco a poco empezó a disminuir, pero me sentía muy agotada como para levantarme del suelo, mis lágrimas seguían corriendo en mis mejillas. Derek se acercó a mi, tomándome suavemente la cabeza y apoyándola en su pecho, me apegue más a él, tratando de sentirme protegida, me abrazo fuertemente mientras me arrullaba. No podía dejar de llorar y no sabía porque, simplemente no me podía detener. Derek me dió un beso en la frente mientras sus ojos color esmeralda me escaneaba con preocupación. Me tomo de las piernas y enrollo mis brazos en su cuello, sujetándome y empezando a caminar conmigo en brazos. Sollose, mientras cerraba los ojos. No sabía con exactitud adónde me dirigía pero sólo quería dormir y olvidarme de lo que acababa de suceder. Escuché que él le pidió a Dominick que abriera la puerta y me puso dentro del auto, me dió otro pequeño beso pero está vez en los labios, le sonreí aún sin abrir los ojos.

Encuentros #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora