Capítulo 11 La Carta

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Narra Tessandra:

-Tess- me llamó Garrye, giré en mi eje y lo miré- Está carta llegó está mañana, era para Anais- fruncí el ceño sin comprender- Parece que quién quiera que sea no sabe que tú hermana murió- él me entrego un sobre de papel, lo abrí y saqué la carta.

Hola Anais

Soy Sofia, hija del gran Cristofer, quiero decir que volveré a tus tierras pero esta vez ya no veras a una niña confundida.  Tuve un viaje increíble, conocí al mejor maestro humano y me enseño grandes habilidades que te sorprenderás. Si crees que lo que ocurrió entre tu y mi padre fue importante para tu crecimiento te espero al lado de su tumba dentro de 5 días, quiero proponerte un trato, algo que nos ayudará en la misión de las dos y es buscar la paz del mundo. Perdón por no escribir ni nada, necesito también tu ayuda para algo de gran importancia.  

Posdata: Recuerda esta frase "Nada es cierto y todo esta permitido"

Att: Sofia

Sofía, la hija del demonio de ls oscuridad. Cuando estaba aquí, en el instituto solíamos ser amigas y hasta dónde recuerdo, ella había ayudado a destruir a su propio padre. Después me encargaría de eso. Tenía muchos sentimientos encontrados, todo era un remolino de emociones que me atormentaba, que no me dejaba en paz y me abrumaba. La bruja estaba viva, viva, mientras mi hermana se la comían los gusanos tres metros bajo tierra. ¿Cómo era posible eso? ¿Cómo ella había sobrevivido y mi hermana no? Me contuve para no soltar una sola lágrima. La había llorado mucho, era tiempo de cambiar, ví a mi hermana mirando la pantalla mientras Garrye le explicaba la misión a la iríamos. Según lo poco que había escuchado (por que me la pasé en mis pensamientos) la bruja estaba buscando algo, un arma muy poderosa, pero no sabíamos qué. Así que iríamos donde creíamos era una de sus secuaces, una bruja llamada Sámara Miller's, para traerla arrestada he interrogarla. La directora dijo que llamaría a Derek (no le veía la necesidad, a decir verdad) pero ella insistió. Volví a mirar la foto de Macristen en el monitor, se veía tan sana. Si ella está viva, quizá aún exista la posibilidad de que Anais también lo esté. Pero no, eso era imposible, yo ví como la enterraban, yo ví como moría, como se apuñalaba para salvarme. Desde ese momento me prometí cambiar, me prometí volverme más fuerte, para que la próxima vez no sea a mi quién me salven, sino yo quien salve. Quizá mi Elif tenía razón y no era la forma correcta volviendome rebelde, pero en mi defensa diré que Diana es una perra, la odio. Mi hermana salió de la oficina, yo me quedé un momento mirando la foto. Iría a prepárame para acompañarla. Salí de la oficina, pase el corredor y me subí al ascensor. Resultaba muy difícil estar todos los días en un lugar que te recordaba a una sola persona, todo aquí me recordaba a ella, son sus ceños fruncidos, con sus risas escandalosas, sus regaños, sus peleas. Era abrumador sentir siempre la voz de la culpa en tú espalda. Quizá este era el momento de redimirme, quizá así podría volver a estar en paz. Llegué al salón y camine hasta las escaleras. Elif estaba frente a Diana con los brazos cruzados, ella estaba con su grupito de amigos que se creen la máxima autoridad por ser hijos de familias fundadoras. Mi hermana me miró cuando llegue a ellos.

-Hola, querida Tess- hablo ella, la odiaba, en serio que la aborrecía y más cuando me llamaba de ese modo- Le estaba preguntando a tú hermana ¿Qué se sentía saber qué después de todo tú hermana murió en vano?- dijo con el tono más cínico que le había escuchado, la rabia invadió mi sistema, di un paso al frente y Elif me detuvo poniendo uno de sus brazos en mi cintura.

-Parece que los chismes vuelan- contesté, tratando de calmarme.

-No creó hermana- Contesto Elif- Por que no mejor en vez de estar preocupándote por nuestra vida, no te concentras en la tuya. Por que bien desbaratada que la tienes, con sólo 17 años ya eres una adicta al veneno de vampiro- ella de tenso al escuchar lo que le estaba diciendo mi hermana- Una madre muerta, un padre cónsul que no se preocupa en lo más mínimo por tí, que te manda a diferentes institutos para no verte la cara, que te deja hacer lo que quieres solo para que lo dejes vivir en paz con tú madrastra, la cual fue su amante mientras tú madre vivía- Diana se puso roja de la ira, que ahora invadía su sistema- Que vida tan triste, incluso, me das lástima- ella sonrío disimulando su enfado.

Encuentros #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora